miércoles, 26 de diciembre de 2012

Poesía Modelna

A continuación, me autoimpongo la misión de ilustrar y actualizar vuestras mentes con algo de poesía moderna. Poesía vanguardista, sacada de los bolsillos creadores e incomprendidos de gente que quiere ser artista sin saber hacer arte. Obras personales y profundas que trascienden la tomadura de pelo para nutrir al espectador con un absurdo e inútil compendio de palabras inconexas.
Pelo de rúcula, dijo la niña púrpura
y se ensucia
y se ensucia
Misiles dialécticos cruzando
la noche murciana, con su luna frugal,
son ladrones de agua.
¿Quién cacarea?
La esperanza del mastín
¿Y qué quiere?
Desayunos con más fibra,
que le operen las domingas.
Resulta vomitivo como esquilman
la noche del bandido, ladrón de agua,
los ríos del corazón de España.
Observa y ríete.
Observa y ríete de como se desangra.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El baile del carcamochas

No me da miedo morir. Soy un caballero primario y feliz que ha disfrutado del rápido tiempo que se le ha designado en este mundo. Estoy muy orgulloso de todas mis cerdadas y depravaciones, son como hijos para mí (hijos deformes como los que tendrías con tu hermana, pero hijos al fin y al cabo. Los tendrás que querer). No me arrepiento de nada.
Lo que me da miedo es envejecer. No por las razones comunes de perder la vitalidad juvenil, que mi cuerpo ya no funcione como acostumbraba o que se me escapen perdigonazos macerados en saliva de la comida de anteayer. Todo eso lo tengo asumido, y lo último incluso me gusta. El problema es la cuestión sexual. Hoy día, la avanzada e irrefrenable ciencia humana ha puesto al alcance de nuestra mano esas mágicas pastillitas azules que convertirán nuestro defenestrado miembro viril en un babeante y oloroso zombi-polla que a duras penas puede cumplir sus funciones originales, pero que al fin y al cabo nos permite el buscado gozo de introducir nuestro tejido cavernoso en agujeros húmedos. Así que el problema ya no radica en el mal funcionamiento de nuestro cárnico hardware.
El problema son nuestros coetáneos y potenciales parejas sexuales. Siempre quedarán las putillas, heroínas callejeras de la vida diaria, para aliviar nuestro problema, pero en caso de no poder acceder a ellas (por ser demasiado pobres, demasiado estirados o demasiado repugnantes) la única salida sexual son las geriátricas caderas de octogenarias de nuestra generación. Por eso rezo todas las noches a Daniel Radcliffe, dios de los poster eróticos en talleres mecánicos, para que me lance un rayo gerontofílico que me convierta en un amante de las tetas caídas y los pellejos colgantes.
Porque sería una lástima arruinar esa maravillosa etapa que es el ocaso de la vida, que nos brinda tan increíbles oportunidades en el campo de la excreción libre de detritus variada, por culpa de una lívido polvorienta e insatisfecha, muerta de sed en una isla rodeada de agua salada. Es desconcertante desear aficionarte a los coños sin lubricar y las arrugas desmedidas pero, ¡que me aspen si no lo deseo en el fondo de mi alma!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Aquí huele a estrellato

Me fascina el agua. Flotar en una piscina pública, aun sabiendo que es lo más parecido a una lluvia dorada masiva que he perpetrado nunca, es muy parecido a la vuelta al útero materno: el sueño de todo mamífero cabal. Solo hay una forma de acercarse más a esa sensación, y es pagando a una prostituta india (madre por enésima vez), maltratada y triste, para que te deje introducir la cara en su desmensurado útero y una vez dentro, aspirar el exótico aroma del Oceano Índico y de enfermedades venereas erradicadas siglos ha en Europa. Una experiencia sibarítica solo al alcance de los más perturbados. Lo de la piscina pública es mucho más fácil.
Sin embargo, la sociedad vuelve a interponerse entre mis mayores placeres y yo. Hay un obstáculo que me frena en seco entre mi vida y la piscina pública: los vestuarios. Allí donde los hombres, en una camaradería y hermandad obligada, se desnudan y se miden los penes unos a otros. No es pudor lo que me refrena, pues soy una persona activamente nudista y estoy muy feliz con mi desfigurado cuerpo de animal campestre. El problema es el olor a testosterona, las miradas furtivas y curiosas a los miembros ajenos, en busca de una inyección de moral. Es un oasis en una isla de mentiras, un descanso en la no aceptación constante. Entonces llega el macho alfa, un individuo con un desproporcionado nabo, que ondea su virilidad al viento mientras mira a los demás, diciéndonos con los ojos "No pasa nada, chicos, yo no le doy importancia y vosotros tampoco deberíais. Nadie es mejor que nadie por la longitud de su miembro, aunque yo sea capaz de satisfacer a una mujer y vosotros no". Entonces el resto de la improvisada manada agacha la cabeza y ofrece víveres al líder. O por lo menos, esa es la sensación que me dio a mí.

martes, 18 de diciembre de 2012

La teoría del caperuzo

Corre el año cuatripotocientostres después de Bud Spencer. Andorra ha conquistado toda Europa, que ahora se llama "Andorra Norte", excepto España, Italia y Grecia, a los que se les denomina "Putoncillo Island". Una silueta jorobada y trémula se desliza torpemente por las calles de la capital de Putoncillo Island, Segovia, denominada "Chocapic National Geographics" desde la caída del dictador Doctor Chochete  de Tarso. 
La noche es tórrida y húmeda, debido a la cercanía con el mar de Soria. El reloj-brontosaurio de la plaza marca la media noche y espurrea saliva sobre las casas colindantes. La silueta no detiene su curso. Se adentra en los barrios del extrarradio, un lugar peligroso donde, en cualquier momento, puede salir de la nada un agresor para tatuarte en los párpados la palabra "carricoche". Sin embargo, nuestro intrépido jorobado no tiene miedo.
Consigue llegar a un antiquísimo restaurante de comida rápida, donde el resto de los revolucionarios le esperan. El ambiente sórdido del restaurante familiar, ahora repleto de forajidos que se deslizan por los cascados toboganes de olor sospechoso, parece sostener en la atmósfera el recuerdo de todas las ilegalidades allí cometidas. Sudando como mis tetas en la sauna, el jorobado se acerca al grupo.
-¿Lo has traído?
El jorobado asiente y, tras echar una ojeada al local, saca de entre sus vestiduras un bebé envuelto en papel de plata, dejando al aire solo su cabeza.
-¿Por qué lo has traído así?
- Para que si me paraba la pasma, poder decir que es un bocadillo.
- Suena lógico. Todo ha salido respecto a lo planeado.-dijo el que parecía ser el líder, cogiendo en sus brazos al niño- Al fin, en cuanto este pequeño clon de Ramón García crezca, la nochevieja volverá a ser lo que era.
Se echaron a llorar. Habían invertido muchas energías en este proyecto y la suerte parecía estar de su lado.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Elvis nació en Tupelo

Paseaba por el vertedero municipal de mi pueblo cuando de pronto sonaron voces celestiales. Pensé que era una aparición divina, pues de pronto las montañas de deshechos se llenaban de luz. Agarré una piedra y me preparé para el lanzamiento, pues San Gabriel me debe 150 € de una vez que pillamos farlopa juntos. Cual no sería mi sorpresa cuando, de una mesilla de noche rota con la palabra "mozalbete" escrita en tres idiomas por toda su estructura, apareció Elvis Presley, gordo como una foca monje y meneando su ajada cadera.
- Mierda, Elvis- exclamé- Pensé que estabas muerto.
- Yo pensé que tú estabas muerto.- contestó en tono de broma.
- Muchacho, llama a tu madre que estará preocupada- le aconsejé.
- Y tiene razones para ello.- dijo pensativo- Pero el caso es que he venido a decirte algo. Algo trascendente que cambiará el modo de ver mi obra, una revelación póstuma sobre mí.
- Entonces estás muerto...
-¡Que sí, coño!-vociferó. Le pegué una pedrada en la cabeza y calló inconsciente. Revisé su chaqueta, saqué un paquete de tabaco y me encendí uno, mientras esperaba que recobrase la consciencia. Tardó casi veinte minutos.
- ¿Ya estás mejor?- pregunté.
- Si, ha debido darme un bajón de azúcar.- me contestó Elvis.- Bueno, a lo que íbamos. Venía a decirte que nací en tu pelo.
- Eso ya lo sabe todo el mundo- contesté molesto- Tupelo, Mississippi. 
- No, hombre, no, eso era una broma. Nací literalmente en tu pelo. En el tuyo en concreto y en el de todos en general.
- Creo que no te sigo- dije rascándome la huevada y oliéndome los dedos.
- Yo soy un ente nacido en el pelo de la humanidad. En su cuero cabelludo, para dar alegría a sus melenas.
- No me digas.
- Exacto.- contestó orgulloso- He nacido en el pelo de la gente y creo que es el momento de que lo sepan.
- ¿Cómo es eso?
- Mi padre tuvo que mudarse al pelo por motivos de trabajo. En esa época era un mal barrio, pero tuve una infancia feliz entre piojos y grasa capilar.
- Ahora lo entiendo todo- dije sorprendido- Todo cuadra.
- Sabía que lo entenderías, hermano- respondió satisfecho, abrazándome- Ahora debo irme. Extiende el mensaje.
Y desapareció como había venido. La verdad es que no entendí un carajo, pero me gusta hacerme el interesante con la gente muerta. Así que ya lo sabéis. Elvis nació en tu pelo. En el tuyo y en el de todos. Y por eso siempre estará, de alguna forma, con nosotros. Menos con los calvos.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Llega la navidad

Por fin llega la navidad, la época más bonita del año. Los cínicos sacan a la calle su cara de mal humor, musitando nosequépollas de fiesta capitalista. los consumistas sufren una crisis nerviosa ante el bombardeo publicitario. La mayoría pasa las navidades con indiferencia. Sin embargo a mí, las navidades me hacen tremendamente feliz. 
Vuelve la época de las tradiciones propias, de las luces de colores, de los árboles de petróleo y los recuerdos de infancia. La sensación de jolgorio, una especie de borrachera constante en la que permitimos que una inexplicable felicidad nos inunde. Los magníficos paseos invernales por la urbe, mientras nievan suicidas solitarios desde las azoteas.
Puede que sea una fiesta religiosa en principio, pero se ha convertido en un canto al vitalismo. Una fiesta alrededor del nacimiento de no se qué crío, que se ha transformado en una fiesta para dar gracias de haber nacido, una fiesta para disfrutar y descubrirnos a nosotros mismos que la vida puede verse en un tono de felicidad y alegría. Eso es para mí la navidad, unos días de holgura dedicados a ver la belleza que rezuma del mismo hecho de vivir, de vivir año tras año, que nos recuerda que si colmamos nuestro entorno de buenos sentimientos y intenciones agradables, de cosas hermosas, brillantes y felices, la existencia puede ser algo más que un aburrido paseo. Pero claro, a lo mejor solo lo veo yo así y el gilipollas soy yo. Un gilipollas feliz, pero gilipollas al fin y al cabo.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Y nunca más

Mi triste y melancólico corazón me ha llevado esta vez por las vías del recuerdo. Del condicionamiento negativo al más puro estilo Pavloviano. Las experiencias desgarradoras que nos marcan para siempre e impiden que nuestra vida continúe su curso natural. Con todos ustedes, "Y nunca más".

Pulmones sobreexplotados,
la pasión corroerá el alma de otro,
pero no la mía.
La sensación de la mañana fría
de los parches de escarcha nacarados
no me consuelan.
Aparece entre las notas de la fatiga
y tiñe de rojo mi camiseta
un dolor lacerante y desgarrado
que teje amanerados gritos
en la profundidad de mi garganta.
Pezones terriblemente irritados
por la fricción de la ropa helada,
¿Quién me manda correr por las mañanas?
Con el cuerpo destrozado y aterido
muerto en vida, juro 
por la mismísima tumba de Chanquete
que yo no hago deporte más
aunque la obesidad me pese
y de prolongar mi vida,
 sea la última oportunidad.
Unos pezones ultrasensibles
y sangrantes me lo agradecerán.

jueves, 13 de diciembre de 2012

El calcetín sagrado

Era una noche soleada y primorosa, llena de pájaros cantandos y estertores de moribundos. Martin Luther Quince, un niño de seis años con un lustroso bigote, había sido mandado a la cama por sus padres, pero no conseguía conciliar el sueño. Abrazado a su lenguado mascota, Profiláctico, trataba de pensar una historia alegre que le indujese el sueño, pero ninguna le venía a la cabeza.
El porro de buenas noches que su madre le había preparado con cariño no le había hecho demasiado efecto. "Esa perra habrá confundido otra vez la Sativa con la Indica" pensó Martin, sulfurado "Debería partirle los dientes por descerebrada". Por primera vez en su vida, deseó ser un adolescente granudo para descargar sus testículos con una buena paja que le condujese directo al reino de Morfeo. Todos sabemos como le gustan a Morfeo los adolescentes y sus pajas nocturnas.
"Ser niño es una puta mierda" pensaba Martin. "No me han bajado los testículos, hablo con voz de marica, no puedo comprar buen whisky y encima a las niñas de mi clase no le han salido las tetas". Martin hablaba desde el despecho. Ansiaba descubrir el tacto de ese punto erógeno que son las domingas. Imaginaba a las pequeñas muchachas de su clase dotadas de poderosas ubres que se bamboleaban al son de la canción de la comba. Así, poco a poco, Martin se fue durmiendo, pensando en lo maravilloso que sería un mundo de tetas. Sin embargo, Martin descubrirá cuando sea mayor que se equivocaba y que las tetas no son para tanto. Toda persona adulta y sana sabe perfectamente la zona más erótica de la mujer es el juanete. Mientras más duro y abultado, mejor que mejor.

La esgrima hoy día

Por desgracia, los tiempos de Quevedo en los que se pasaba por el acero al cabroncete borracho que te toca el nardo en un bar han quedado atrás. Se ahogaron en el polvo del progreso el dominio de la espada y las habilidades de espadachín como característica indispensable.
Sin embargo, hoy es necesario otro tipo de filo para vivir el día a día. La televisión, los periódicos, la radio, la literatura contemporánea nos bombardean a diarios con opiniones preconcebidas, frases hechas, eufemismos... Una versión invertida de la "neolengua" de G. Orwell en 1984. Aunque el lenguaje y la creatividad del mismo está aumentando a cada segundo que pasa (al contrario que en la novela de Orwell, en la que el lenguaje se reduce y contrae), la intención ulterior es borrar los conceptos negativos de la mente. El día a día es una batalla constante por la libertad para aquel individuo que pretenda ver las cosas tal y como son, y de ese modo expresarlas.
Así, el citado individuo debe mantener constantemente activas sus dotes retóricas y desarrollar el conocimiento del lenguaje lo más posible. Debe mantener los conceptos constantemente frescos y destripar los eufemismos que se nos ofrecen en su lugar. Su lenguaje afilado y su percepción óptima, para cazar y desenmascarar la semántica real de las palabras. Y así, el intelectual, de alta o baja estofa, se ve convertido en un espadachín retórico que se defiende como un gato panza arriba de la lluvia dialéctica por la que se ve acosado. Solo el más ducho espadachín será capaz de afrontar nuestra realidad actual sin verse afectado por ilusiones ni trampas. Esto ya lo hacía Quevedo, pero además te metía un navajazo entre las costillas. Era la sangre mediterranea, que le vuelve a uno visceral.

Quememos a las brujas

Las turbas furiosas han vuelto a ponerse de moda. Hoy en día no eres nadie si no llevas una dilatación en algún colgajo de piel de tu cuerpo o si no perteneces a una turba. Alegremente salimos a la calle a jalear, cabreados como micos, activos todos como el bífidus. A veces la turba se descompensa y se rompe algo, pero coño, somos una turba. La Plaza del Sol se inunda día sí, día también de gente turbada en una turba que odia la turbación del momento entre otras cosas. 
Y no es para menos. Desde luego, la cosa está para quejarse, nos han puesto al límite. El problema es que yo nunca he sido mucho de modas y, aun conociendo los numerosos estudios que aseguran que vocear descontroladamente por la calle aumenta el tamaño del pene y/o clítoris, no soy demasiado partidario de descargar mi ira acerca de cosas que de verdad la merecen. Creo que esa ira es productiva, y debería tener una salida productiva. Quejarse no sirve de nada cuando uno se da cuenta de que no le hacen ni puto caso. Mi recomendación para el susodicho crecimiento de pene/clítoris al vocear por la calle es ponerse un gorro extraño, salir a la calle y gritar incongruencias. Lo hago mucho. La palabra lunático nunca tuvo connotaciones negativas para mí.
Pero si os empeñáis en seguir con la modita de la turba, decisión completamente respetable, más os valdría compraros gorros de colonos y antorchas. Empezad a quemar a vuestras brujas de una puta vez, porque las turbas están empezando a cansar y se van a pasar de moda pronto. Y entonces, las nuevas turbas os harán objeto de su furia a vosotros. Y os arrancarán los pezones a pellizcos de monja. De eso me encargaré yo personalmente.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Recomendación: Porno Gafapasta

Una vez más de vuelta. Se que todo internet lo estaba esperando, mientras yo estaba ocupado enseñando a una morsa a cantar como un Mariachi. Una vez más traigo buenísima mierda para satisfacer vuestra acuciante coprofilia. Hoy os traigo Porno Gafapasta.
Porno Gafapasta es un interesante blog en el que podreís nadar entre las últimas noticias del porno. Para los pervertidos clasicones a los que les guste los matojos floridos y frondosos, también tiene la página secciones pornográficas de los 60, 70, 80 y 90. Yo mismo, que englobo en mi persona todas las condiciones del "Maestro Zen de las Manolas", me arrodillo ante los increíbles conocimientos del escritor de este blog, un faro del conocimiento pornográfico en esta sociedad absurda, oscura y plagada de tabús.
Encontrareis que su retórica no es excesivamente fluida y que probablemente no coincidáis con algunas de sus opiniones. Pero ¡cuidado, intrépido lector!, no oses cuestionar a este lividinoso sabio del siglo XXI, pues las incontables horas que ha pasado meditando ante bamboleantes pechos digitales y monstruosas pollas pixeladas le autorizan para decir lo que él crea conveniente.
¡Salve, Porno Gafapasta!¡Los impuros usuarios estandar del porno te alaban, los maestros pajilleros claman tu nombre!

viernes, 26 de octubre de 2012

Corrida en el párpado

Tras la sentencia, se extendió en la sala un murmullo tan neutro que podía confundirse con el silencio. El juez sudaba. La toga le picaba en la rabadilla, quería irse a casa, pero todavía le quedaban cuatro casos antes de terminar la jornada. 
De pronto, uno de los policías que traía y llevaba a los presos dio un atlético salto estilo ballet ruso y se personó ante el juez. Mirándole fijamente, como si no se atreviera a soltar lo que le quemaba en la lengua, se arrancó los botones de la camisa, mostrando un torso perfectamente depilado, y dijo:
- Señoría, quiero ir a la cárcel.
- ¿Pero cómo? ¿Ha cometido usted acaso algún delito?
- No es eso, es que siento que soy la persona adecuada para terminar entre rejas- contestó el policía- Soy fuerte, rudo y me gusta la vida ordenada de la cárcel. Es mi vocación.
- No pienso mandarle a la cárcel- contestó el Juez airado- Usted no ha cometido ningún delito.
- Bueno, ayer le grité a mi mujer y le dije que la sopa estaba fría.
- Pero no pasa nada- dijo el Juez con camaradería.- Todos sabemos lo que es cruzarle la cara a la parienta de vez en cuando, ¿me equivoco?
Esperaba risas por parte del público y el jurado, pero todos estaban ausentes, pensando en la reproducción de la medusa león ártico. Solo un caballero asiático que se sentaba en la segunda fila reaccionó, fumando con indignación de su pipa de crack. El Juez movió el bigote enfurruñado.
- Bueno, ya le he dicho que no.
- Pero, por favor, se lo suplico, es mi sueño desde que mi mujer murió hace cinco años.
- ¿Pero no le había gritado ayer, hijo puta mentiroso?- gritó una señora entre el público. Todo el mundo se giró a mirarla y la presión social pudo con ella. Se tiró por la ventana.
- Que no lo mando a la cárcel, que no.
- ¡Cabrón, hijo puta, que no te cuesta nada!- el jurado se deshizo en improperios contra el juez. Este, verdigris de furia, se levantó y dijo señalándoles:
- ¡TODOS A LA CÁRCEL!- los otros policías se los llevaron.
- ¿y yo?- preguntó el policía de vocación presidiaria.
-¡USTED NO!
- ¿Pero por qué?- estaba completamente desesperado.
- Porque tiene usted la bondad en los ojos- respondió el juez- Y me cae usted bien.
Ambos se miraron sonriendo. Aquel fue el inicio del polvo más decepcionante de la vida del policía que quería ir a la cárcel. Ninguno de ellos volvería a amar después de ese momento de sexo desenfrenado y decepción frustrante.

lunes, 15 de octubre de 2012

Caspa de foca

La debo mucho al acto de la defecación. Son muchas las horas que dedicamos a deslizar por diversos pliegues y supurantes almorranas toda una variedad de ñordos que inician su encantador viaje hacia ríos vírgenes. Y yo las he aprovechado leyendo. No siempre buenas lecturas o interesantes, pero por mi cabeza deambulan todo tipo de datos acerca de los más variopintos temas adquiridos durante la exhaustiva exploración del revistero.
En mi periplo, he leído incontables revistas de decoración, humor, moda... y son estas últimas las que más me han fascinado, lanzándome a un universo paralelo de estrógenos e histeria, donde la anorexia es el orden del día. Mujeres esqueléticas enfundadas en los más variopintos trajes desfilan indolentes por las páginas, con cara de no haber probado nunca un potage de morcillas. Mujeres que no despiertan el instinto sexual por una cuestión práctica: No se puede mantener relaciones con ellas porque se te colarían por el agujero de la polla.
Y entre la enfermiza modelo de la página 32 y las patas de alambre de la página 34, publicidad de cosméticos, la verdadera razón de ser de estas revistas. Para los iletrados, un cosmético es un potingue que la gente se emplasta en la cara como pegote de semen para parecer menos reales. Es como el photoshop de la realidad. Lo más curioso de semejante invento son los materiales con los que se jactan de hacerlo: semen de medusa, grasa de eunuco, baba de caracol, caspa de foca... un sinfín de guarreridas que otorgan a estos insidiosos pucheros la apariencia de pociones chamánicas. Con esto y una fotografía de una fémina sin poros en la piel (a mi entender, tener la piel como el PVC representaría más bien una desventaja, porque pasaríamos un calor del copón bendito, pero bueno) la gente se pone en la cara lo que sea... y eso me sugiere toda una suerte de enfermizas ideas. Seguro que a vosotros también. De nada.

jueves, 4 de octubre de 2012

Violencia en las calles

Resulta que al parecer unos señores con porra acostumbran a pegar a unos señores con carteles. Los señores con carteles llevan un par de años llevando carteles. Antes eran señores sin carteles. Pero no les gusta como están las cosas, así que un buen día sacaron sus carteles a la calle. Y ya está, nada más. Por lo visto, los señores con porra son niñeras de los señores con carteles. No quieren que se hagan daño, ni que molesten al resto de señores.
Ahora bien, un día que los señores con carteles estaban sentados, sin más acción que la de blandir sus carteles, los señores con porra decidieron mandarlos a casa. Pero los señores con carteles no creían que hubiesen mostrado suficiente sus carteles. Entonces, como toda amorosa institutriz que trata de mandar a unos pacíficos chiquillos a la cama, los hombres con porra empezaron a molerlos a hostias como si no hubiese mañana. Con la más que magnífica melodía del crujir de huesos y el lagrimeo asustado comenzó esta bonita historia de sana rivalidad.
Los señores con carteles, a los que por primera vez en mucho tiempo se les había comenzado a tener en consideración gracias al gratuito ataque de los señores con porra, tuvieron la feliz idea de pagar con la misma moneda, lo que los llevó de nuevo a su estado de impopularidad. Cuando la gente los miraba ya no veían el mensaje de sus carteles o la utilidad de sus porras, sino a señores brutales con cartel y a señores brutales con porra, cargándose cualquier oportunidad de que en principio bien intencionadas ideas de ambos bandos llegasen a buen puerto. Aún así, por alguna razón, se siguen peleando. Y a mí me gusta verlo, porque es como una pelea de enfermos mentales a machete. Pelean y ya está.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Tras la pausa para publicidad

Todo vuelve en Septiembre, por suerte o por desgracia. Vuelven las colecciones inútiles que no conseguiréis completar jamás (lo cual es un mecanismo de defensa de la naturaleza, para que no acabemos llenando nuestra casa de "Maquetas de píloros a escala" o "Clítoris de la suerte de Falete"), vuelve la alopecia a los árboles, vuelven los atascos, vuelven los albinos de su hibernación veraniega y, sobre todo, vuelve la triste rutina que tantas pobres almas de llorones sodomitas hipoglúcidos ha hecho quebrarse. Vuelven las irrefrenables ganas de suicidio de sociópatas variados entre los que se incluyen tu prima la del pueblo y el bisoñé de Tchaikovsky.
Pero no todo es una puta mierda deprimente. Han vuelto los genios de Guardería Cabaret, ha vuelto el fresquito revitalizante que uso para secar mis huevos tras la ducha y, además, vuelve la puñetera Bestia de la Dehesa. Y antes de lo previsto, pues las vacaciones de verano me habían convertido en una masa informe de mierda y no creí que me recuperaría antes de enero. Pero aquí estamos. Nos hemos limpiado el ojete con septiembre y estamos dispuestos a bebernos los jugos vaginales de Octubre. ¡Heil, Manolo Escobar!

martes, 31 de julio de 2012

Una historia de amor en condiciones.


De pronto a todas las parejas jóvenes seguían la moda de colgar un candado de una verja, cerrarlo y tirar la llave, símbolo de su amor. Ella le contó que todo aquello había nacido de una novelilla absurda para adolescentes, él ya la aborrecía sin haberla leído. Pero siempre solía decir que no había que cerrarse a nada, que había que limpiarse de prejuicios. Ella siempre coincidía, aunque no le dejaba que le diera por culo. Aún.
Esa noche salieron a la calle, pues eran una pareja joven que no se cerraba a nada. Llevaban un buen manojo de candados de bicicleta. Se acercaron a la moto más cercana y se lo colgaron entre los radios. Luego tiraron la llave a una alcantarilla. No vieron simbolizado del todo su amor, así que repitieron la operación repetidas veces, hasta que se quedaron sin candados. Simbolizar su amor les pareció gracioso. Eran unos hijos de puta, ambos. Quizás por eso se llevasen tan bien.
Cortaron a los pocos meses, ambos están bien. Quedan a tomar café de vez en cuando. Ni hubo melodrama, ni lágrimas. Solo se acabó lo que se daba. Me parece un buen final, un final feliz.

domingo, 15 de julio de 2012

Orgullo patrio

Curiosamente, a pesar de ser un amante de los términos abstractos, en muchos casos se me nubla el significado de algunos de ellos. No comprendo, por ejemplo, lo que significa la palabra "honor", que en un inicio me sonaba de puto lujo libanés y de la que ingenuamente deducía el significado de "hacer las cosas como hay que hacerlas". Hasta que me salieron pelos en mis perfumados genitales y comprendí que probablemente quería decir "hacer las cosas de forma que a la gente le parezca aceptable lo que hacen". Claro, pero eso ya es puta mierda, la experiencia nos enseña que el mejor lugar para colocar opiniones ajenas es en la sucia y negra raja de nuestro culo, a modo de protector de los calzoncillos.
Y como ese, muchos más términos se me escapan: "Redención", "penitencia", "banana hammock" y sobre todo, "patria". No es que no entienda la palabra en sí, lo que no entiendo es ese significado grandilocuente que se le suele aplicar, en esa interminable búsqueda por sentirlo en vuestro apasionado pecho, devolviendo a vuestra memoria tiempos mejores4 en las duchas de la cárcel. No creo que pueda quererse a un país entero o solo a uno. Sería cerril, garrulo y absurdo apasionarse por un pedazo de tierra por el mero hecho de estar acostumbrado a él. Puedes querer tu pueblo, tu ciudad, tu barrio, tus colegas, el kioskero que te vendía las revistas porno siendo menor de edad, con una depravada sonrisa cómplice en sus labios. Pero coño, no seamos absurdos, se cometen unas barbaridades en nombre de la patria y de toda su puñetera prole que no tienen nada que ver con nuestro bien amado kioskero ni con nada de lo demás. ¿No sería más razonable querer lo que te ha rodeado? Pero claro, la lógica no existe para algunos
Desde luego yo lo tengo muy claro. Si alguna vez se lía gorda con la patria, a lo que tenga arreglados mis asuntos y con los míos a buen recaudo, me busco una puta motorizada modelo Sado 582 (aquí teneis una muestra de este bello portento del transporte) y salgo cortando hacia donde haga falta. Y que se deje los cuernos por nuestra madre patria su puta madre. Es decir, técnica mente nuestra puta abuela patria.

sábado, 14 de julio de 2012

Babiera Campoamor, comprame un cerdito

Osbaldo Punchinbol odiaba mucho los smileys. Con toda su podrida alma de Mormón, le repugnaban a más no poder. Cada vez que los veía en la pantalla de su chat preferido sobre artículos de cocina que pueden usarse de consoladores, no  podía sino imaginar a toda aquella gente que compartía su pasión haciendo horrendas e histriónicas muecas. Además, curiosamente, imaginaba a todos sus compañeros de hobby con la cara de Rosi de Parma llena de natillas, lo que no ayudaba a que las muecas fueran menos inquietantes. Es por eso que, cada vez que aparecía un "XD" en una conversación, con la imagen mental en su cabeza de un internauta riendo como un puto descosido ante su teclado sin razón aparente, se afanaba en conseguir la dirección postal del interlocutor y daba un aviso a los EEUU de que en aquella casa había petroleo, con el consecuente asalto a la casa, el asesinato de todos sus habitantes y el robo de toda sustancia oleosa que encontrasen en un perímetro de 10 km.
A pesar de que le parecía un castigo acorde con el crimen cometido, a veces le entraba una extraña sensación de remordimientos. Pero el tenía métodos infalibles para acabar con ella. Cogía un gato y lo rellenaba con tabasco hasta que desbordase, esperaba a su muerte y luego lo utilizaba de esponja de ducha. Nada limpia tanto los pecados, ni exfolia tantísimo la piel.

lunes, 9 de julio de 2012

High luxury

Accedí a compartir la arraigada tradición de acudir al litoral español cuando el periodo estival aprieta. Al fin y al cabo, hasta los alemanes lo hacen y ellos saben coger al toro por el escroto. Me presento ante un hotel costero que vio envejecer y morir a la Mirinda. El gotelé había conquistado hasta el tanga del recepcionista calvo que nos recibió. Mi fin de semana costero se dibujaba como una vuelta a un pasado que soy demasiado joven para haber vivido.
Un pasillo muy muy funky, en tonos morados, granates y rosas, y engalanado esporádicamente por algún que otro motivo geométrico setentero a más no poder, me condujo a una habitación mediocre cuyo suelo había sido vilmente robado a la familia Alcántara. Para terminar de aliñar este mixed explosivo, un desfile de obras de arte completamente surrealistas poblaban los pasillos: Un relieve que parecía mostrar un hombre desnudo, imitando los griegos, pero realizado sobre un material similar a la lefa seca; un jarrón azul eléctrico hecho de corcho pan sobre unas patas naranja butano; y mi preferido, un gracioso cocinero bizco que me alegraba mi estancia con su mirada perdida, lo que nosotros apodamos el Bizcochef (fotos de nuestro camarada virulo arriba y abajo). Me reí mucho con todo esto, e incluso me hizo gracia cuando, por la noche, montaron una especie de fiesta geriátrica donde los ancianos bailaban al ritmo de baladas más antiguas que la violación anal. Un hotel inundado de chirrido de titanio y chasquidos artríticos. 

Sin embargo, hubo algo que sobrepasó mi cupo de buenrrollismo: había contratado un desayuno de buffet, y cual fue mi sorpresa cuando encuentro que el buffet son 3 rodajas de chorizo, un pack de zumo del mercadona, una rebanada de pan bimbo y un cruasan de aspecto dudoso. Mi cara de decepción debió ser épica, y todavía me contuve de arrodillarme en el suelo gritando "Lo habeis destruido". Pero esto si que no lo paso. Me da igual lo viejuno y absurdo que sea el hotel. Por lo pronto, he dejado mi retrete con más restregones de mierda que porcelana. Pero eso no será todo, ya lo creo que no. Solo es el comienzo de mi venganza escatológica.

miércoles, 4 de julio de 2012

Tócame la balalaika

Mis andares literarios me llevan esta vez a traeros una poesía pura y limpia, cargada de sentimiento. Un sentimiento inherente a las relaciones, de anhelo y deseo hacia esa persona que tiene la llave de nuestra felicidad en su mano. A veces un gesto tan pequeño representa un bien tan grande. Ese algo especial que nos determina a perseguir a nuestra pareja ideal, contenido secretamente en un gesto de afecto y cariño. En un gesto tan inofensivo como la música, como la noche. Como los dedos de una mujer amada alrededor de la balalaika.

Tócamela una vez más.
No dejes que se esfume
el momento sin que chorree
la música por tus paredes
porque te arrepentirás.
Tócala sin miedo.
Permite que se estrellen
las notas entre tus senos,
que la noche se desperece
y bajo tus dedos empiece
un tempo que sea nuevo.
Tócame la balalaika,
y me refiero a mi pene
que tantas horas de restriegue
comienzan a hacerme mella.
Si no piensas merendar
mejor no juegues con ella.

Homosexualidad, mariconeo y fitofilia

El ser humano es sumamente irritante. Es una característica inherente a él, no puede remediarlo. Es pesado, arrogante y debilucho. Si lo pensamos bien, dentro del reino animal seríamos como ese maldito pardillo flacucho que piensa que su capacidad para recordar todos los combos del Teken debería ser considerada maravilla de la humanidad y que se vanagloria de su poderosa inteligencia, autocompadeciéndose por vivir rodeado de primates. Una verdadera lástima. 
En la mayoría de los casos, no nos damos cuenta de lo irritantes y absurdos que somos. Excepto, claro, en las cosas que no tienen absolutamente ninguna importancia. Somos una especie que ha hecho las cosas más impresionantes y las más aborrecibles, que hemos llegado a tocar los extremos. Por el amor de José Coronado, hemos tenido a Freddie Mercury y a Justin Bieber. Y en vez de paliar todos los errores y atrocidades que cometemos, nos concentramos en las mayores nimiedades, aquellos errores que no son errores, sino simples diferencias. Y nos peleamos a cuchillo. Religión, nacionalismo... y la mejor mierda de todas: sexualidad.
No entiendo cual es el problema de que dos personas se enhebren el culo mutuamente o lo que haga falta. Qué cojones importará donde metamos el cimborrio, siempre y cuando receptor y emisor estén de acuerdo y contentos con el resultado (ojo, contentos, no satisfechos. La satisfacción en el coito es un objetivo más difícil de lo que parece). Pero no, claro, nos jactamos de nuestra rectitud, nuestra moral que controla cada parte de nuestra vida y la iguala a los que vivieron hace miles de años. Para algunos la evolución no significa nada, pero que coño, eso ya lo sabíamos.

martes, 3 de julio de 2012

Dios bendiga internet

Tras dormitar el día entero, el insomnio me atacó inexplicablemente esta noche. Cualquier hombre moderno y sofisticado que se precie aprovechará esas nocturnas horas para buscar a las musas por esa intrincada red de humanidad a la que llamamos "Internet". Las musas son realmente sencillas de encontrar en este mundo virtual, por lo que no tomará mucho tiempo al internauta medio darle un frote a la sardinilla con alguna maravilla de porno variado. Una vez logrado nuestro onanístico objetivo, la odisea por Internet se complica, pues solo un viajero observador reconocerá las inmensas oportunidades que la red nos brinda, esperando a que demos un enorme trago como si de un vaso de sudor de Kofi Annan se tratara.
En mi caso, debo reconocer que esta noche he pescado unas cuantas perlas (si quereis verlas pinchad en los enlaces, que os lo traigo calentito), entre las cuales se encuentra un supuesto video porno de Miley Cyrus, alias "Hannah Montana", alias "el cojo imberbe", alias "siete velas navideñas", protagonizado por una actriz porno asiática (lo creais o no, a pesar de la diferencia étnica entre las dos actrices, la gente seguía debatiendo en los comentarios si era o no era la actriz en cuestión. Al final va a ser verdad que las pajas te dejan ciego). Sin ni siquiera haber salido de la página, me encuentro otra maravilla, muestra de la inagotable avidez del ser humano por sorprenderse a sí mismo: una página web en la que por 29,99 dólares te dan un lustroso título de barón de Sealand. Para quien no lo sepa, Sealand es esta puta mierda. Probablemente esteis pensando lo mismo que yo, que preferís ser barones de los servicios de la estación de autobuses de Méndez Álvaro, sois unos inconformistas. Pues bien, la página todavía tiene algo que ofreceros. ¡Por solo 199,99 dólares (agarraos fuerte) te hacen conde!¡Solo doscientos dólares por semejante cagarro! ¡Viva la coprofilia!
Ya pensaba en reflejar mis descubrimientos en este blog de mis amores cuando de pronto ¡oh destino caprichoso, que no había acabado de sorprenderme todavía! Me encontré un vídeo en el que le hacen una tortilla de semen a una señorita y se la merienda. De puta madre, proteínas para el cuerpo. Porque la operación bikini está lleganto y todos queremos lucir lorzas con textura esperma. 
Así terminó mi larga noche de descubrimientos por Internet, está amaneciendo y sé que mañana no tendré necesidad de salir a la calle a buscar mi felicidad, pues ya me ha sido concedida. Nadie se come una tortilla de semen por la calle, pero ¿en internet? En Internet por supuesto, es un lugar mágico donde los sueños más sórdidos se hacen realidad.

sábado, 23 de junio de 2012

Recomendación: Julián López y Manchabrass

Buena mierda high-quality para multitud de públicos. Para los amantes de la música de calidad, un espectáculo de música Jazz, Ragtime, Swing, Rock... perpetrado por este sexteto cervecil de viento-metal acompañado únicamente por una batería. A la cabeza, un Julián López que oscila entre el tarado que todos admiramos y un músico magistral. Definiendo ellos mismos su show como "Ragtime, jazz, swing, blues, rock… con partituras originales y versiones de grupos como Queen, The Beatles, Europe, Paul Anka o Sinatra. Todo ello salpicado con buenos momentos cómicos por parte de Julián López y sus secuaces", el asunto no puede salir mal.
Para los que buscan unas cuantas risas absurdas, llevaos un paraguas porque os va a caer un buen chaparrón de chorradas. Los músicos nos escupen desde el escenario sus purulentos chistes y chascarrillos, nos amenizan la velada con todas esas barbaridades que haría un grupo de colegas borracho subido al escenario a otro grupo de colegas borracho que les aplaude desde las butacas. Esencialmente, un despiporre.
Yo mismo he tenido la fortuna de apreciar en directo este espectáculo y, palabra de onanista, no os dejará indiferentes que esta gente os toque el instrumento.

Pentatónica charada; todos nos carcajeamos

Alumínico era el coche del tío Roger. Nos encantaba el tío Roger, tenía tanta vitalidad... Recuerdo las Navidades en que la abuela hizo una enorme fuente de testículos de gato vuelta y vuelta, que el tío Roger devoró con ganas mientras decía con la boca llena "chirimoya sexy, la mamá de los camiones". Cuando ingirió por accidente la pastilla de viagra sorpresa que la abuela metía en el asado de mendigo todas las Nochebuenas a modo de broma, todos nos reímos mucho. El tío Roger pasó empalmado una semana entera, durante la cual estuvo únicamente ataviado con un bombín de papel de plata colocado sobre su amoratado prepucio. Cada vez que una anciana pasaba a su lado, levantaba el bombín con gesto cortés, saludándola.
Aquello le gustó tanto que comenzó a inyectarse fuertes dosis de anticongelante en el prepucio, pretendiendo que el efecto se prolongara lo máximo posible. Pero no le salió demasiado bien la jugada, porque su cosita de fornicar comenzó a pudrirse. En pocas horas, sus eyaculaciones eran color marrón. Una vez nos dió un vaso a cada sobrino, diciendo que era batido de chocolate, e incluso él mismo dio el primer trago para acabar con nuestras reticencias. Era tan bromista... Siempre recordaré las caras sonrientes de mis primos, manchadas de fluido marrón infecto, cuando caímos en la broma, mientras el tío Roger lloraba y se pellizcaba muy fuerte los pezones.
Murió el año pasado, atragantado por el cordón de un taxista al que había pagado 20 € para que le dejase chuparle los zapatos. Pero al menos murió como siempre había deseado, lamiendo las inmundicias de la calle en la suela de un desconocido. Incluso en su funeral nos hizo reír, cuando toda la familia, reunida alrededor del cuerpo, decidimos ponerle ceñidos trajes sexuales de cuero y maquillarlo como a una puta barata. Era un gran tipo el tío Roger. Ya lo creo que lo era.

lunes, 4 de junio de 2012

Recomendación: Los Ganglios


A continuación os traigo lo más moderniqui del mundo de la música absurda. Los hipster de la comedia musical surrealista. Los Ganglios, un grupo constituido por un extremeño cantarín y una amiga sueca o finlandesa o algo así con una voz tan aguda que, desplazado el oxígeno de los pulmones por helio, haría huir a todos los perros en un radio de 500 metros a la redonda.
Su estilo oscila desde la comedia normal hasta el absurdo sin motivo. A mi entender, saben lo que cojones se hacen. Quizás a más de uno se le atragante la primera vez, pero sin lugar a dudas, con un buen número de oídas, un amante de lo absurdo sabrá apreciar el chorro de vómito golpeando contra su tímpano. A parte de eso, sus videoclip también son tan absolutamente erráticos que perfectamente podreis encontrar un "cutrefacto vídeo hecho en mi casica, con los huevecetes bien pegados al sillón" hasta el clásico "me curro el vídeo aunque no vaya a tener ningún puto sentido". No te queda otra, ¡quierelos!

Veranito sabrosón

Se acerca el verano, con todos sus pros y sus contras, es inevitable. Aceptémoslo lo antes posible para evitar posteriores trastornos. A mí, por ejemplo, me esperan días levantándome a las dos de la tarde, cubierto de un sudor de un espesor semejante al del pegamento de barra. Se ha dado el caso de que alguna insolente mosca se posa en mi piel, atraída por el fuerte olor a tocino y huevada, y queda atrapada para siempre, como lo hacían las estúpidas moscas del cretácico. Para algunos la evolución no significa nada, esto y la música bakalao son la prueba. Volviendo a la mosca, a las dos semanas el sudor se ha convertido en una magnífica piedra transparente con un precioso regalo en el interior. Si alguna vez se me pasa por la cabeza la ingenua idea de casarme, pienso pedir matrimonio con esa misma mosca fosilizada como joya.
También nos esperan las piscinas públicas, ese caldo de cultivo, los helados de forma fálica, las canciones del verano, las verbenas... toda una temporada de diversión en el que el calor vuelve gilipollas a la gente e impide que se den cuenta de que se están riendo de ellos. Y así, hijos míos, nacieron esos extraños polos con forma de polla colorida, que nuestros pequeños podrán conseguir en cualquier kiosko. 
Por otro lado, el verano tiene cosas harto agradables. Ya sea la posibilidad de holgar día y noche, la desidia absoluta recorriendo nuestro intestino, o las señoritas ligeras de ropa zascandileando de aquí para allá. Y chupando polos con forma de falo, que como podemos comprobar son un arma de doble filo. Es la prueba de fuego para los que carecemos de toda la vida sexual que desearíamos. 
Querría hacer una mención especial en este artículo sobre el verano a un viejo conocido al que todos echamos de menos y que ha desaparecido de nuestra vida en los dos momentos que más falta nos hacía: Ramón García. El verano no es lo mismo sin ti presentando el Gran Prix, haciendo las delicias de vizcos y pedófilos. Igual que no lo son las uvas. Espero que allá donde estés, en la gran llanura donde los famosos de capa caída van a pastar cuando su carrera pública muere, que te llegue este mensaje. Ramonchu, te queremos, eres el batman español.

viernes, 1 de junio de 2012

Cagarse en los oídos de la superstición

El gran problema es que no entendemos un carajo. Necesitamos encontrar un patrón fijo en procesos determinados por infinidad de factores, lo que nos lleva a una especie de frustración y de miedo al no saber lo que va a pasar. Entonces nos agarramos a un montón de estupideces, derivadas de un tiempo pasado en el que  ese hecho si que era uno de los factores determinantes. Y eso en el mejor de los casos, porque en otros simplemente es una paparrucha que se le ha ocurrido a un tío puesto de algún tipo de droga psicotrópica o que tiene un serio trastorno psiquiátrico no diagnosticado.
Pero claro, hagámosle caso al loco, su visión de la vida es mucho más aceptable que el hecho de que desconocemos algunas cosas. Parece mucho más sencillo consentir en que rajarle las tripas a un pájaro es un inequívoco portal al futuro que aceptar que estamos expuestos a factores que desconocemos y que denominamos, por tener la ausencia de control sobre ellos y desconocer sus causas, azar.
A mi entender, necesitar de un montón de espíritus malignos o benignos que pueden manejar a placer ciertas visicitudes de nuestra vida y que son tan fácilmente manipulables como para decidirles entre una cosa y otra lanzando sal por encima del hombre es, probablemente, de las mayores chorradas y niñerías que puede encontrarse. Es como solventar un problema de escasez de camaradas mediante la invención de un amigo imaginario que piense que eres superchachi y te invite a continuar tus estiramientos para llegar a felarte tu propio pene porque "tú eres capaz de todo lo que te propongas, mejor amigo":
Por dios, echémosle un par de huevos al asunto y dejemos de tenerle miedo a lo desconocido de una puñetera vez. Desde un punto de vista del racionalismo parvulario, es obvio que la respuesta lógica a una serie de factores no controlables no es otra que el aprender a lidiar con ellos, improvisando y adaptandonos a las puñeteras situaciones. Y si no, pues teneis bien merecida la caja de pino. Es la puta evolución, lo tomais o lo dejais, pero las cosas son así.

jueves, 31 de mayo de 2012

Recomendación: Anthony F. Schepperd

Hoy traigo, como siempre, buenísima mierda debajo del brazo. Esta vez se trata de un animador, Anthony F. Schepperd. Estoy enamorado del trabajo de este caballerete desde que lo conocí, y no solo eso, sino que dedico mis noches a elucubrar excéntricas teorías sobre capacidades fisiológicas insólitas de este mago de la técnica. Seguro que este señor en vez de caspa, cabeza libera pequeños cartones con dosis de LSD. Seguro que sus hombros, nevados de tripis, están decorados con alguna mancha de nacimiento con la forma de Jimmy Hendrix intentando lamerse la punta de la nariz. Seguro que la Cabra Cósmica, el gran señor del absurdo y la psicodélia, le ha invitado a su casa unas cuantas veces, a tomar té y jamon de pavo.
Saliendo del aura de deidad que inspira este señor, me centraré en su trabajo. El colega Schepperd se dedica a la animación y dirección de vídeos músicales, echando a todas sus obras dos tazas de increíble psicodelia que dejan anonadados los sentidos y la puta cabeza. Sin más preámbulos, os dejo algunos de sus vídeos.
Y su canal en vimeo, el cual recomiendo visitar: http://vimeo.com/anthonyschepperd/videos

Salvad el honor del porno

Tras un largo periodo de tiempo, en el que este blog mío ha traído menos frutos que el vientre reseco de la duquesa de alba, enmoquetado y listo para embalsamar, he decidido celebrar mi poco deseada vuelta con una teoría especial que me guardaba en la bragueta. La del honor de la pornografía.
El porno es, actualmente, la materia más hipócritamente vilipendiada. Todo Internet está lleno de vídeos en el que esas maravillosas mujeres, ya sean juguetes rotos cuya vida ha matado sus sueños o simples fornicadores profesionales, repletas de bacterias genitales con sabor a pescadilla, nos invitan a manjares de lujuria, más o menos sórdida, dependiendo del gusto. Y sin embargo, la sociedad, que para efectos prácticos podeis imaginar como un señor calvo muy arrugado con un traje de chaqueta sin pantalones ni calzoncillos y un pepino asomándole por el ano, ataca desconsideradamente toda esta rama del séptimo arte, calificándolo de sucio, impuro o repugnante.
Sin embargo, el sexo es una parte importante de la vida humana. Sin el sexo, probablemente ya hubiesemos inventado la fórmula de la inmortalidad y habríamos llegado a Saturno, pero el 90% de la población estaría colgándose del pescuezo en sus respectivas casas. Porque sacudirnos la sardina nos hace gente cuerda, y rockanrrollear la casba, para quien pueda perimitirselo, relaja nuestras tensiones y reinicia nuestro sistema. Estamos programados como máquinas de fornicar, comer y cagar. Por eso el sexo no es sucio, sino natural, como la mierda de cabra o los pelos en el coño.
Pero claro, ese señor calvo y sodomita que es la sociedad, con su hipocresía y su semidesnudez, consiente en condenarlo después de pelarse la nutria con vídeos de zoofilia. Porque tenemos mucho miedo a la naturaleza y queremos un mundo aséptico, donde follar a través de trajes de latex. Donde nos podamos erigir como seres superiores a la naturaleza, como no animales. Como humanos, dioses semicorporeos. Pues que le metan un falo por el ojo a esa sociedad autocomplaciente y estúpida. Estoy muy contento siendo un animal y me gusta sentir el tacto de mi mano en mi prepucio. No quiero nada con ese indigno mundo aséptico que estais construyendo y los únicos trajes de latex que consiento son los que usa Lorelei Lee en sus videos sadomasoquistas. Porque el porno es instinto, animalismo... es una ilusión imposible que sin embargo refleja lo que somos. 

viernes, 4 de mayo de 2012

Las maldiciones del humanista II

De vez en cuando, a causa de mi condición de humanista, me encuentro a mí mismo ilusionándome por aquellas cosas que acostumbraban a hacer las delicias de nuestros profesores más viejos, chochos y majaras. Del día a la noche, me descubro a mí mismo ( no sin horror) apuntando con mi pegajoso y grueso dedo índice mientras exclamo cosas como "¡Oh dios mío, un beato del siglo VIII!", "¡Oh, no me lo puedo creer, un kleenex con la última gayola de napoleón!" y la mejor de todas: "¡Que me aspen si eso no es un manuscrito donde Baroja describe como preparar un Colacao con 4 kilos de jamón york y una botella de whisky!".
Como aquella señora decrépita que trataba con pobre resultado ilusionarnos acerca de las visicitudes históricas, literarias o todas esas ingratas materias, la ilusión recorre mi colon cuando me encuentro con una rareza de esta calaña. Y me aterroriza comenzar a entender a esa pobre señora que parecía sufrir un éxtasis orgásmico al tratar un tema tan trepidante como la peste negra.
Yo, que siempre había tratado estos temas con el mismo escepticismo que ilusión, haciendo de mi estudio una enorme broma mediante métodos como buscar inverosímiles parecidos entre personajes históricos y melanomas malignos en las piernas de ancianos, me pregunto si toda esa gente esperaba que, una inenarrable cantidad de tiempo después de su penosa muerte, una serie de perturbados diesen saltitos y palmaditas de emoción al ver sus desechos mentales. Y justo después me pregunto: ¿No se parece este melanoma a Wiston Churchill?

jueves, 19 de abril de 2012

Las inverosímiles fronteras del arte

Hasta ahora, se ha jugado mucho con lo que es arte y lo que deja de serlo, sobre todo en estos últimos tiempos en los que la originalidad es lo que se busca frente a cualquier otra cosa. Se dejan de lado muchas cosas, desde la técnica hasta la expresión, en búsqueda de una supuesta estética. Hasta tal punto hemos llegado que están siempre pululando los artistas de vanguardia con sus "que si te cago en la sien y lo firmo" o sus "te tiro un chorro de ácido al escroto y lo firmo" o "dejo embarazado a un caniche y lo firmo". Nunca, y oídme bien, nunca, estaré en contra de la coprofilia, la deformidad o la zoofilia. Pero existe una clara frontera entre todo esto y lo que podríamos considerar arte (si el mundo en el que vivimos no estuviese más enfermo que un niño con sida terminal nadando en un pozo negro).
Puestos a aclarar de una vez qué podemos considerar arte y qué no podemos consideraro, estoy dispuesto, en desigual justa, a analizar nuestro arte moderno en busca del denominador común que existe en él y que marque definitivamente la frontera. Porque no se puede clasificar las cosas si no conocemos el significado de la clasificación. Ahora cojo un Picasso por allí, un Duchamp por allá, un poco de Merde d'artiste, otro poco de Spiral Jetty, algún que otro Dalí y voilá!. Ya tenemos el denominador común. En contra de todo pronóstico, parece ser que lo que define el arte en nuestros días no es ni más ni menos que la firma. Un poco triste, cierto, pero hay que superarlo.
Una vez aclarado esto, creo que es muy muy sencillo saber cual es el arte supremo de entre todos. En efecto, el grafiti, pero no ese grafiti genial y colorista que tiene su mensaje y su técnica. ¡En absoluto! El arte supremo de ahora debe ser ese grafiti cutre que consiste en poner el nombre en la puta pared con todos los colores que se tengan a mano. En esto habéis convertido el arte. Enhorabuena.

miércoles, 18 de abril de 2012

Recomendación: Joseph Ducreux

Bueno, creo que podríais empezar a formaros en campos tan maravillosos como el arte, sucios ignorantes, así que pensé que este mierda seca gabacho de Joseph Ducreux podría gustaros. Se trata de un  pintor francés del siglo XVIII que, aunque oficialmente se dedicaba a hacer retratos de la corte para ganarse el sustento, por su cuenta experimentaba en busca de representar nuevos gestos que no fuesen los habituales para los cuadros de la época. El caso es que el tipejo este (barón de casta y amigo de la infancia de mi huevo derecho) ya nos ha visitado en el mundo moderno, en forma de meme e inunda internet con sus chanzas.
Lo que revindica esta entrada es que no seais unos putos vagos de mierda y busqueis más cuadros de este hombre que son una mezcla entre la puta broma y la obra de arte, porque este notas no pintaba mal. Y eso es todo, ladies and gentelmen. Que los zurzan.

Calzones cirílicos (de gran calidad)

La tela de saco de color naranja quería ser vestido porque ser un vestido es todo ventajas. En primer lugar, liga y folla más, y eso es algo que nos tira a todos. En segundo lugar, las facilidades que tiene un vestido para conseguir crack son inmejorables. Por último, la tarjeta de descuento para polos con sabor a semen de Rick Ashley marcan la diferencia absoluta entre los vestidos y el resto de los tejidos.
Así que la tela de saco de color naranja se embarcó en un inenarrable viaje con su amigo, el prepucio de pato. No era muy listo, pero preparaba las chutas como nadie y además tenía un inmenso corazón, que la tela de saco podría penetrar a su antojo con su inexistente pene. Por el camino, encontraron un enorme precipicio, que se lamentaba por haber sido violado de niño por un tazo de Pokemon con la cara de Vivaldi pintada en boli bic por uno de sus laterales.
La tela de saco, de naturaleza sensible, ignoró completamente los llantos del abismo, que cada vez sonaban más parecidos a la violación brutal de un alce. El prepucio de pato, mucho menos sensible, arrojó al enorme agujero un cordón de corcho, canturreando burlonamente "¡Sinopsis marinera!¡Sinopsis marinera!". El precipicio arrancó a llorar mucho más fuerte y una de sus lágrimas, que eran muy parecidos a muñecos de gelatina de Emilio Aragón, fue a parar bajo los pies de la tela de saco de color naranja, que resbaló y quedó agarrada penosamente en el borde del precipicio. Desesperada por la certeza de la muerte, clamó la ayuda del prepucio de pato, que se acercó al borde y mirándole a los ojos le dijo:
 -Never gonna give you up
Never gonna let you down
Never gonna run around and desert you
Never gonna make you cry
Never gonna say goodbye
Never gonna tell a lie and hurt you

lunes, 16 de abril de 2012

Corroído por dentro

Tengo entendido que la poesía donde expresaba mis sentimientos tuvo cierto éxito, así que he decidido, a pesar de la vergüenza que esto me causa, publicar poco a poco algunas de mis poesías, que han sido mi valvula de presión en momentos de escape. A continuación, la poesía:

Notas de Junio
secaban la hierba...
y mi habitáculo impermeable
a los rayos de Lorenzo.
Un brazo que es un émbolo
y un desbordante deseo
de atravesar el cristal
de la pantalla, para hacer pompas
con tu dulce jugo vaginal.
Niña triste y sifílitica
no naciste para obedecer
los estudios te daban alergia
y el trabajo, un tirano que derrocar.
Por eso ahora comes vergas
en un cuarto sórdido
ante una cámara
para que yo me deje la polla
completamente desollada
imaginando melancólico que
consuelo con semen
tu maltratada garganta.

Creo que cualquiera sabrá apreciar esta pequeña obra maestra acerca del amor platónico. Disfrutadla con salud y aprended la lección que destila mi literatura: si no tienes papel higiénico durante una manola, un calcetín usado también vale.

Me huele el culo a Domingo

La mejor sensación del mundo es la de ser un sucio inútil, atrapado en el sofá por telarañas de pereza, con el fin de semana a cuestas y el inicio de la siguiente procediendo a desnudarse como una señora decrépita dispuesta a violarte salvajemente. Despojándose poco a poco de sus abultados vestidos estampados de los chinos, ante nuestra impotente mirada de asco. Y mientras tanto, los fluidos y defecaciones se acumulan a la salida de nuestros aparatos excretores, deseosos de liberarse y conocer por fin mundo. Pero nosotros los retenemos porque incluso el retrete, a escasos 9 metros, es una meta demasiado complicada para una jornada en la que nuestras energías han aprovechado su día libre para irse al Ikea a comprar asquerosos muebles sin montar o a hacer chapucillas caseras.
Y nosotros, impotentes y atrapados en ese mueble acolchado como Don Pimpón en una cama de velcro, hediendo a ropa sucia y con los alerones cantando arias, porque hemos decidido que no vamos a hacer ni siquiera el esfuerzo de lavarnos en este, nuestro Sabat particular. Estoicos, inalterables, afrontando lánguidamente nuestro destino. Completamente conscientes de que el olor propio que percibimos es el hedor de una irremisible derrota contra el tiempo, el olor de la pereza. Un fuerte olor a culo y a Domingo.

viernes, 13 de abril de 2012

Entrevista a William Shakespeare

El otro día estaba ultimando los detalles de una escultura hecha con pelos púbicos de futbolistas de 3ª división y semen (del mío propio) cuando la puerta se vino abajo y allí estaba, William Shakespeare, señalandome amenazante con su dedo índice:
    -Haz el favor de no apuntarme con eso que a saber donde ha estado - dije sin hacerle mucho caso.
  -Quiero que me hagas una entrevista para el blog ese que regentas - contestó, devolviendo el dedo amenazante de vuelta a su culo.- Porque veo que no despega y que te estás volviendo más y más vago, y así no vamos a ningún sitio.
    -Bueno, pues manos a la obra- dije, señalandole un buen montón de muñecas hinchables para que se sentara.
      -¿Empezamos?
      - La grabadora ya está en marcha.-contesté impaciente- Empiezo:
LBD: Buenas tardes, señor William Shakespeare, estamos encantados de que nos haya concedido esta entrevista.
WS: Por favor, dejémonos de formalismos, William Shakespeare es muy largo. Mejor llamame "cielito mío".
LBD: ¿Le importaría si le llamo "cariñito", que es más corto?.
WS: Eso le gustaría a usted, tunante. Comience con las preguntas.
LBD: Está bien, primera pregunta: ¿A qué se dedica en sus ratos libres?
WS: Bueno, imagino que lo mismo que todos. Le doy un poco al speed, rompo mobiliario público, me introduzco objetos punzantes por el ano, toco la balalaika...
LBD: ¿Y la chupa?
WS: ¿Por qué iba a chupar una balalaika?
LBD: Cielito mío, hablo de falos.
WS: ¡Ah! Solo uno al día, despues de comer. Lo estoy dejando.
LBD: Bien, segunda pregunta: ¿Es Hamlet verdaderamente una alusión a "Edipo", de Sófocles, en alguna de sus facetas?
WS: ¿Pero de qué coño me estás hablando, sucio degenerado?
LBD: De la tumba de tus muertos, pero continuemos: ¿Qué maldades humanas de las que censura en sus obras (celos, envidia, traición...) considera usted más reprochable?
WS: Tener cocaína y no invitar a tus colegas.
LBD: ¿Y en qué libro encontramos tal vicio?
WS: Mire, caballero, esto es muy poco profesional. Si no se ha leído mi obra ¿cómo coño pretende hacerme una entrevista en condiciones?
LBD: Disculpeme, cielito mío, no se sulfure. Y ahora salga cagando hostias de mi casa, que va a salir los últimos videos de sexo con cojas y no quiero perdermelo.
WS: Bueno, pero prometame que en el último instante de la paja pensarás en mi cara.
LBD: No puedo prometer nada, pero lo intentaré.

A continuación procedía a expulsarlo sin paños calientes (que coño, a hostia viva) de mi habitáculo y a enchufarme a internet para deleitarme con magníficos videos porno de mutiladas. Qué quereis que os diga, soy un espíritu libre.

De politiqueos y consoladores anticuados

Nuestro cerebro está salvajemente desvirgado en lo que a cuestiones políticas se refiere. Como un  niño que pierde la inocencia cuando un depravado destapa su falo sifilítico y purulento ante sus acuosos ojos, nuestro cerebro recibe señales terriblemente condicionantes, en lo que a política respecta, en lugares completamente inusitados. Periódicos, televisión, anuncios... en todo meten el cimbrel esos truhanes dedicados al noble arte de pastorearnos. Incluso estoy elaborando una insana, absurda y complejísima teoría sobre como los políticos se las apañan para introducir, justo en el momento en el que no miramos, pequeñas dosis de su propio semen en cada bol de cereales que consumimos .
Fuera de la obvia intromisión mediática en las partes nobles de nuestro cerebelo, existen importantes cuestiones a tratar en el erótico campo de los politiqueos. Y es que la razón de estos constantes tractos rectales en nuestra ideología no es más que la muestra de la imperfección del sistema político en el que nos encontramos. No podemos echar la culpa de esto a un imaginario señor con sombrero de copa que se masturba pensando en lo pobres que son todos menos él. La culpa de esto la tenemos todos y cada uno de los ignorantes que nos conformamos con el porno sórdido y gratuito que encontramos por internet. Porque el hecho es que nos están vendiendo la política, utilizando el marketing, como una vulgar ramera se vende en las páginas de contactos de un periódico local.
Seamos serios, no estamos haciendo una transacción inocente, como la compra de crack en un oscuro y maloliente callejón, ni estamos encargando por teletienda consoladores de los años 50, viejos, cascados y usados mil y una vez. Estamos decidiendo en qué tipo de mundo queremos desempeñar nuestra patética vida de pervertidos. En qué mundo queremos pagar porque nos planten mojones en el pecho. En qué mundo queremos que nuestros pobres vástagos se conviertan en penosos camellos de tres al cuarto. Salgámonos un poquito de etiquetas políticas, de periódicos corruptos, del pastoreo al que nos subordinemos. Pensemos un poco al tomar decisiones vitales para todos. Y luego volvemos al porno sórdido y gratuito, tranquilos, que de eso no me olvido.
Especialmente dedicado a la gente de "We Must Be Over the Rainbow", que se curran y se piensan todos estos asuntos de política. También dedicado a ese travesti tan sexy que conocí en la romería de Soria. Manolo, no te olvido.

miércoles, 4 de abril de 2012

Marcos 63, 11-87: La mejor parte del evangelio

Estaba reservando esta entrada para una ocasión especial, como es la semana santa. A día de hoy, todavía no os he mostrado mi vena religiosa, pero la tengo, como todo hombre inquieto por los misterios del cosmos. Habreis adivinado por mis antiguas entradas que soy un celoso guardián de la virtud, y tendreis razón, pero hay mucho más, pues también soy un ávido lector de las Sagradas Escrituras. Buceando en la Bíblia he encontrado cosas tan maravillosas como la escena de Abraham comiendose los prepucios que había cercenado la noche anterior, cocinados a la romana, o la escena en que el rey David se hace su primer pajote, dejando escapar su sacra leche en el ojo de una prostituta manca. Sin embargo, mi pasaje preferido de la Bíblia sin duda, es la parte del evangelio de San Marcos que ha continuación os refiero y que me ha proporcionado infinitas horas de reflexión sudorosa y grasienta como el pelo de Tamariz. Dice así:

"En aquel tiempo, existía en Judea seres que a primera vista se identificarían como pecadores. Su nombre era dinosaurios, y se extendían por la faz de la tierra, dominando con su tiranía atea y herética a los habitantes de la tierra de dios. Se cruzó Jesús con uno de estos seres en las tierras de Samaría. El dinosaurio le cortó el paso, a lo que el hijo de dios, en santa y serena actitud respondió:
     -Haz el favor de apartarte, criatura, pues el camino a Dios es recto y no permite rodeos.
    -Disculpeme, maestro- respondió el gigantesco reptil- pero ese carro está a punto de pasar y no quisiera derribarlo sin querer. Espere a que pase el carro y con gusto me retiraré de su camino.
     -Te he dicho que te quites, payaso- dijo Jesucristo, gallardo y viril.
   -Caballero, eso no son formas- respondió con voz lacrimógena el dinosaurio, a punto de llorar- Le he explicado que...
      -Ni explicado ni explicada, como no te apartes te vas a enterar de quien es el Yesus.
      -Te ha dicho que te pires, lagartija-intervino Pedro, con un impresionante acento madrileño de barrio bajo.
      -Caballeros, sean razonables...
El dinosaurio no llegó a acabar la frase pues el hijo de Dios estiró su santa mano y cruzó la cara del dinosaurio pecador sin mayores contemplaciones. (Nota de la Bestia: A pesar de lo que muchos teólogos afirman acerca de que la primera hostia aparece en la última cena, yo soy un acérrimo defensor de que esto ya se puede considerar una hostia fina de las buenas buenas) San Pedro sacó entonces una navajilla en la que se podía leer "Recuerdo de Albacete" y grabó en el costado del dinosaurio "Soy la putita del mesías sin tener nombre de bollería" (N.de la B.: Sin duda, una referencia a María Magdalena) y entre los 12 lo cosieron a patadas hasta su muerte. Pero como las santas chanclas de Cristo habían sido manchadas y sus santos testículos habían sido tocados, el mesías, con una milagrosa determinación, engañó a todos los dinosaurios del mundo para meterlos en el cenáculo diciendoles que regalaba muñequitos hechos de choped y allí la ira divina calló sobre esa especie de pecadores, en forma de puñetazos más bestias que meteoros".

Palabra del Señor. Sería una broma muy fácil decir que este final alude al fin de los dinosaurios bajo la caída de un meteorito (como creen los puñeteros científicos), sin embargo, la iglesia va más allá. Porque esa hermosísima última frase solo hace alusión a que Cristo, contra todo pronóstico, también inventó la meteorología.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Johnny Salmonte no era un boniato sin corazón

La tarde blanca caía sobre la sien de aquel chicle masticado pegado al suelo. Este murmuraba barbaridades a las gentes que se cruzaban con él. Blasfemaba cada vez más gravemente hasta el punto de que el niño Jesús acabó por hacerse un piercing para llamar la atención de sus padres. La gente estaba alarmada y tapaba los oídos de sus hijos con calcetines sudados y repletos de saliva de desconocidos para que no pudiesen oír semejante sarta de improperios. Justo cuando la ciudad amenazaba con entrar en el caos, llegó un hombre libre, un signo de todo lo bueno que hay en este mundo. Naranjito. Este icono de la verdad y la justicia iba disfrazado de alguna especie de animal de granja y maquillado como una puta de pueblo. Parecía melancólico y olía a ginebra barata. Cuando vió al chicle, comenzó a reir a carcajadas, se acercó a él y le dijo:
    -Si tus problemas fuesen un animal, ¿cuál serían?
    - Una fregona con pies de mamut y cabeza de aligator- contestó el chicle sin dudarlo ni un momento.
    - Eres cruel- dijo Naranjito, volviendo a su tristeza, antes de desaparecer para siempre entre las olas del mar.
El chicle sacó una tarjeta de crédito, su cartera y una bolsa con cocaína y, después de ofrecerle una ralla educadamente a una monjas que pasaban a su lado en ese momento (y que por supuesto no despreciaron), moldeó en la finísima y pura cocaína la figura de un pato, que después inhaló sin contemplaciones. El chicle drogadicto voló en mil pedazos, siendo el único beneficiado de toda la historia un médico recién licenciado con un gorro de piel escrotal humana, que tuvo que tratar las infecciones de oído de todos los niños de aquella calle, ya que los calcetines sudados y los tímpanos son los dos dramáticos protagonistas de una historia de amor imposible y autodestructivo.

martes, 20 de marzo de 2012

Nueva adquisición

Ladys and gentelmen, algo mucho mejor que una nueva entrada se cierne sobre este pequeño espacio de perversión, placer anal, crapulencia, absurdo y reflexión. La providencia me ha concedido la colaboración de un ser de psique lo suficientemente enferma como para poder excretar su dialéctica por toda vuestra frente. Otra leyenda viva, otra bestia de otra dehesa, el mismísimo The Wes. Disfruten las finas muestras de su repugnante mentalidad como él disfrutará restregando por vuestra cara su pene húmedo en forma de reflexión.
Para todos aquellos subnormales que nos visitan sin tener dos dedos de frente, identificar los autores de cada entrada es tan sencillo como mirar debajo del todo el firmante. Os mimo demasiado, mis pequeños mongoles de sonrisa difusa.
Sin más dilación, The Wes en su debut.

lunes, 19 de marzo de 2012

Arqueología Anal

Montaba yo uno de esos autobuses inter-provinciales tan nuestros para atender graves asuntos que requerían mi inestimable presencia cuando me vi atacado por un fuerte escozor cutáneo. Mi ano se contrajo en una dolorosa mueca en la que los pliegues se superponían unos a otros, enrollando con su sensual bailoteo los largos y poderosos pelos que los pueblan. Una primera rascada de carbonera rebeló que tal molestia no se debía a una deficiencia higiénica.
Contrariado, observé como el picor bajaba por mis piernas y aparecía con especial saña en mis brazos, donde parecía que EEUU estuviese buscando petróleo con ese ahínco capitalista tan sexy que los ha llevado a ser la nación con mayor índice de obesidad infantil del mundo. Incomodado por la situación en la que me encontraba, me revolví en mi asiento liberando así una nube de polvo que parecía tener la misión de colonizar mis ojos con erótico resultado.
Con los ojos llorosos, una especie de orgullo historio-gráfico acompañó al descubrimiento de la causa de aquel picor que me recorría despreocupadamente la dermis. Años y años de historia en forma de polvo se habían acumulado en aquellos sillones forrados de un sucedáneo de terciopelo construidos a base de petróleo y electricidad estática. Un yacimiento arqueológico yacía (que es lo que suelen hacer los yacimientos) debajo de mi ojete, al tiempo que todo mi cuerpo se extremecía por ese contacto tan agresivo que es la acumulación de lustros de escamas de piel de gente anónima. Igual os digo, que por la sensación, la puta gente anónima debía tener gas mostaza en vez de una epidermis como las personas honradas y corrientes.