viernes, 14 de diciembre de 2012

Y nunca más

Mi triste y melancólico corazón me ha llevado esta vez por las vías del recuerdo. Del condicionamiento negativo al más puro estilo Pavloviano. Las experiencias desgarradoras que nos marcan para siempre e impiden que nuestra vida continúe su curso natural. Con todos ustedes, "Y nunca más".

Pulmones sobreexplotados,
la pasión corroerá el alma de otro,
pero no la mía.
La sensación de la mañana fría
de los parches de escarcha nacarados
no me consuelan.
Aparece entre las notas de la fatiga
y tiñe de rojo mi camiseta
un dolor lacerante y desgarrado
que teje amanerados gritos
en la profundidad de mi garganta.
Pezones terriblemente irritados
por la fricción de la ropa helada,
¿Quién me manda correr por las mañanas?
Con el cuerpo destrozado y aterido
muerto en vida, juro 
por la mismísima tumba de Chanquete
que yo no hago deporte más
aunque la obesidad me pese
y de prolongar mi vida,
 sea la última oportunidad.
Unos pezones ultrasensibles
y sangrantes me lo agradecerán.

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