martes, 25 de febrero de 2014

Aviso de interés público

Presten atención, ciudadanos, pues a continuación la Bestia de la Dehesa les ofrecerá una serie de datos y hechos que a mi entender deberían ser de dominio absolutamente público. Celebre aquel que conociese de antemano aquestos hechos pues sin duda es algún tipo de visionario o prócer si por propia cuenta se percató de las insólitas verdades expuestas a continuación.

Comenzamos con un sorprendente paralelismo de carácter musical entre las dos agrupaciones más dispares del mundo. Por un lado, Santa Justa Klan, grupo formado por el elenco adolescente (en su momento, porque probablemente en la actualidad atesoren ingentes cantidades de pelo en su zona genital) de la magnífica serie de Telecinco Los Serrano. Probablemente una de las mejores bandas de todos los tiempos, tanto en su campo (el "pop canallesco adolescente") como a nivel de la música en general. Frente a ellos, los Beatles y el imperdonable plagio perpetrado por este grupo británico sobre la propiedad intelectual de los jóvenes madrileños. Veanlo:



Estremecedor. A continuación, Joan Jett and The Blackhearts diciendo con toda claridad la frase "me la chupas, beibe" en la archiconocida canción "I love Rock and Roll"


Completamente inmoral. Por último, un ligero detallito acerca de la película Jesucristo Superstar  y su protagonista principal. Pero antes, un inciso para señalar lo buenorra que se ha puesto María Isabel, la chiquilla que cantaba aquello de "Antes muerta que sencilla" y que salía en el mismo programa de chiquillos cantando que el gordo ese que le dedicaba la canción a su difunta predecesora. Aquí una imagen de María Isabel y sus dotes adultas:


Aquí una del antes mencionado "gordo que canta":


Y ya, sin más preámbulos, Ted Neeley, el protagonista de Jesucristo Superstar, haciendo del mismo Jesucristo, es bizco. Exacto, ese es el anuncio. Ese hombre está virulo, estrábico perdío, con un ojo te mira a tí y con otro a la máquina de refrescos. Me parece increíble que no se haya percatado todo el mundo, porque en lo que a mí respecta ya no pude tomarme la peli en serio. Por Dios, que está haciendo de Cristo. A efectos prácticos, en esa película Cristo es muy bizco. Cualquier momento dramático a la mierda, me parto la caja de su estrábica cara de solemnidad. Pero no es necesario que me crean, compruébenlo:


Exacto, completamente virulo. Su virulencia no tiene límites. Bueno, y esto es todo, gracias por haber leído este interminable tocho sobre chorradas y espero que se sientan felices de atesorar ahora, como regalo mío, estos conocimientos. Diviértanse.


lunes, 17 de febrero de 2014

Recomendación: Género de tiburones

Cualquier mente sana concordará en que el tiburón es al mar lo que el león a la sabana o lo que una compresa usada a una playa atestada de gente. El rey, el más pollón. El Tito MC del salitre. Y como todo ser que alcanza en sí mismo la sublimidad y el predominio, merece que el arte se ocupe de señalarlo y ensalzarlo, de rociarle una oda sobre toda la zona del bikini. No es esto, sin embargo, algo que se haga patente para el grueso de nuestra embrutecida sociedad, sino algo susurrado al oído por la Musa a unos pocos elegidos. Unos pocos visionarios, siempre perseguidos, tomados por locos. Visionarios que hacen serie B.

Una y otra vez nos deslumbran estos iluminatis con sus geniales y disparatadas versiones de la temática de tiburones. Ideas tan absolutamente geniales e innovadores que ante un ojo inexperto puede parecer ineptitud o ridiculez, pero ¡cuidado, avezado lector!, porque no hay nada más lejos de la realidad. Estos genios han conseguido llevar la inutilidad a un nuevo estatus: el de la sublimidad.

Títulos frescos, como Ghost Shark, Megalodón contra Crocosaurio o Tiburones en la arena. Maravillas de la técnica y el género. Cabe destacar dentro de esta colección de joyas sobre tiburones al padre del género, Tiburones en Venecia, a su máximo difusor, Sharknado, y la que me resulta personalmente más estúpida: Tiburón de dos Cabezas, que tiene esta mención especial porque me parece que las dos cabezas no le otorgan ninguna ventaja evolutiva, antes al contrario, y por la genial aparición de Carmen Electra como bióloga (lo menos creíble de la película, Carmencita de bióloga)

En conclusión, les recomiendo de la manera más insistente en que se sumerjan en este bello género, si bien les recomiendo que sea con algún tipo de estupefaciente en sangre. Abundan los argumentos cojos, los diálogos pésimos y la lógica más absurda, que constituyen la ambrosía de los paladares más refinados para la chorrada, la estupidez y el choped de pavo.

martes, 4 de febrero de 2014

I love you

Parece difícil, con el mercado saturado de porquerías sentimentaloides que pintan de color amor romántico un montón de ganas adolescentes de fornicio, sentirse hoy día completamente embargado y conmovido ante ese sentimiento tan complejo e insondable que nació tal como lo conocemos en el siglo XIX: el amor.
Sin embargo, avisado quedas, avezado lector, de que las historias más conmovedoras que el amor nos ofrece están en los lugares donde menos deberían estar. Sin ir más lejos, me encuentro a mí mismo profundamente conmovido (soy valiente, no niego mis sentimientos así como no niego mis erecciones) observando un vídeo pornográfico recopilatorio cuyo título promete "Los 13 orgasmos más ridículos que haya habido nunca". Tras los primeros cinco clips de vídeo, que le dejan a uno sonriente y excitado como un salmón en celo, llegué al supuestamente 6º orgasmo más ridículo, que me arranca de una hostia la sonrisa de la cara. A pesar de que el clip de vídeo os lo incluyo a continuación, creo que es menester relatar la sórdida, ridícula y apasionante historia que estos pixels con formas sinuosas ocultan.
En el magníficamente clásico escenario de un parking público, una señorita cabalga con palpable fruición el inflamado miembro de un caballero recostado en el suelo. Cercana a la catársis orgásmica, la señorita (que, por cierto, se llama Kristina Rose) reitera entre sollozos que ama a su compañero de farándula. Esta situación abunda en las tomas falsas del porno, en momentos en que la intensidad del coito conduce a uno o más de los actores a declarar su amor al resto del reparto. Situación coreada por las risas y las mofas de todo el equipo de rodaje que lo presencie. Sin embargo, en esta ocasión, la señorita Rose brama y reitera sollozando que ama a su interlocutor, sin ningún tipo de reparo. Después reiterará que está a punto de correrse, lo que sí es una situación más coloquial en el mundo de la pornografía, pero a priori, mientras el actor se concentra en mantener el distanciamiento necesario para ejercer este show bussines, ella lo mira y le dice una y otra vez "te amo tanto". Precioso y sórdido al mismo tiempo. Tras correrse, en un gesto inusitado de ternura que casi acaba con mi negro corazón, ella se recuesta sobre él, le agarra el rostro y le dice de nuevo "I love you".
Desconozco las circunstancias de esta situación. Quizás la pobre señorita Rose se derrumba ante una grave carencia de afecto, o incluso puede que realmente esté enamorada del susodicho actor. Pero la inconveniencia de la frase en la situación, la fruicción, el éxtasis y la intensidad, en un garage, ante las cámaras, ha sido un feliz compendio de circunstancias que han llevado a la captación de este momento de romanticismo absoluto del que él no sabe como defenderse. Y mientras ella solloza y se corre a partes iguales, en mitad de la intensa declaración. Quizás sea yo, que tengo la puta cabeza quemada de drogas y porno, pero me ha parecido una situación tan inusual y maravillosa que es digno de hacerse patente e incluso de recordarse.