miércoles, 26 de diciembre de 2012

Poesía Modelna

A continuación, me autoimpongo la misión de ilustrar y actualizar vuestras mentes con algo de poesía moderna. Poesía vanguardista, sacada de los bolsillos creadores e incomprendidos de gente que quiere ser artista sin saber hacer arte. Obras personales y profundas que trascienden la tomadura de pelo para nutrir al espectador con un absurdo e inútil compendio de palabras inconexas.
Pelo de rúcula, dijo la niña púrpura
y se ensucia
y se ensucia
Misiles dialécticos cruzando
la noche murciana, con su luna frugal,
son ladrones de agua.
¿Quién cacarea?
La esperanza del mastín
¿Y qué quiere?
Desayunos con más fibra,
que le operen las domingas.
Resulta vomitivo como esquilman
la noche del bandido, ladrón de agua,
los ríos del corazón de España.
Observa y ríete.
Observa y ríete de como se desangra.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El baile del carcamochas

No me da miedo morir. Soy un caballero primario y feliz que ha disfrutado del rápido tiempo que se le ha designado en este mundo. Estoy muy orgulloso de todas mis cerdadas y depravaciones, son como hijos para mí (hijos deformes como los que tendrías con tu hermana, pero hijos al fin y al cabo. Los tendrás que querer). No me arrepiento de nada.
Lo que me da miedo es envejecer. No por las razones comunes de perder la vitalidad juvenil, que mi cuerpo ya no funcione como acostumbraba o que se me escapen perdigonazos macerados en saliva de la comida de anteayer. Todo eso lo tengo asumido, y lo último incluso me gusta. El problema es la cuestión sexual. Hoy día, la avanzada e irrefrenable ciencia humana ha puesto al alcance de nuestra mano esas mágicas pastillitas azules que convertirán nuestro defenestrado miembro viril en un babeante y oloroso zombi-polla que a duras penas puede cumplir sus funciones originales, pero que al fin y al cabo nos permite el buscado gozo de introducir nuestro tejido cavernoso en agujeros húmedos. Así que el problema ya no radica en el mal funcionamiento de nuestro cárnico hardware.
El problema son nuestros coetáneos y potenciales parejas sexuales. Siempre quedarán las putillas, heroínas callejeras de la vida diaria, para aliviar nuestro problema, pero en caso de no poder acceder a ellas (por ser demasiado pobres, demasiado estirados o demasiado repugnantes) la única salida sexual son las geriátricas caderas de octogenarias de nuestra generación. Por eso rezo todas las noches a Daniel Radcliffe, dios de los poster eróticos en talleres mecánicos, para que me lance un rayo gerontofílico que me convierta en un amante de las tetas caídas y los pellejos colgantes.
Porque sería una lástima arruinar esa maravillosa etapa que es el ocaso de la vida, que nos brinda tan increíbles oportunidades en el campo de la excreción libre de detritus variada, por culpa de una lívido polvorienta e insatisfecha, muerta de sed en una isla rodeada de agua salada. Es desconcertante desear aficionarte a los coños sin lubricar y las arrugas desmedidas pero, ¡que me aspen si no lo deseo en el fondo de mi alma!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Aquí huele a estrellato

Me fascina el agua. Flotar en una piscina pública, aun sabiendo que es lo más parecido a una lluvia dorada masiva que he perpetrado nunca, es muy parecido a la vuelta al útero materno: el sueño de todo mamífero cabal. Solo hay una forma de acercarse más a esa sensación, y es pagando a una prostituta india (madre por enésima vez), maltratada y triste, para que te deje introducir la cara en su desmensurado útero y una vez dentro, aspirar el exótico aroma del Oceano Índico y de enfermedades venereas erradicadas siglos ha en Europa. Una experiencia sibarítica solo al alcance de los más perturbados. Lo de la piscina pública es mucho más fácil.
Sin embargo, la sociedad vuelve a interponerse entre mis mayores placeres y yo. Hay un obstáculo que me frena en seco entre mi vida y la piscina pública: los vestuarios. Allí donde los hombres, en una camaradería y hermandad obligada, se desnudan y se miden los penes unos a otros. No es pudor lo que me refrena, pues soy una persona activamente nudista y estoy muy feliz con mi desfigurado cuerpo de animal campestre. El problema es el olor a testosterona, las miradas furtivas y curiosas a los miembros ajenos, en busca de una inyección de moral. Es un oasis en una isla de mentiras, un descanso en la no aceptación constante. Entonces llega el macho alfa, un individuo con un desproporcionado nabo, que ondea su virilidad al viento mientras mira a los demás, diciéndonos con los ojos "No pasa nada, chicos, yo no le doy importancia y vosotros tampoco deberíais. Nadie es mejor que nadie por la longitud de su miembro, aunque yo sea capaz de satisfacer a una mujer y vosotros no". Entonces el resto de la improvisada manada agacha la cabeza y ofrece víveres al líder. O por lo menos, esa es la sensación que me dio a mí.

martes, 18 de diciembre de 2012

La teoría del caperuzo

Corre el año cuatripotocientostres después de Bud Spencer. Andorra ha conquistado toda Europa, que ahora se llama "Andorra Norte", excepto España, Italia y Grecia, a los que se les denomina "Putoncillo Island". Una silueta jorobada y trémula se desliza torpemente por las calles de la capital de Putoncillo Island, Segovia, denominada "Chocapic National Geographics" desde la caída del dictador Doctor Chochete  de Tarso. 
La noche es tórrida y húmeda, debido a la cercanía con el mar de Soria. El reloj-brontosaurio de la plaza marca la media noche y espurrea saliva sobre las casas colindantes. La silueta no detiene su curso. Se adentra en los barrios del extrarradio, un lugar peligroso donde, en cualquier momento, puede salir de la nada un agresor para tatuarte en los párpados la palabra "carricoche". Sin embargo, nuestro intrépido jorobado no tiene miedo.
Consigue llegar a un antiquísimo restaurante de comida rápida, donde el resto de los revolucionarios le esperan. El ambiente sórdido del restaurante familiar, ahora repleto de forajidos que se deslizan por los cascados toboganes de olor sospechoso, parece sostener en la atmósfera el recuerdo de todas las ilegalidades allí cometidas. Sudando como mis tetas en la sauna, el jorobado se acerca al grupo.
-¿Lo has traído?
El jorobado asiente y, tras echar una ojeada al local, saca de entre sus vestiduras un bebé envuelto en papel de plata, dejando al aire solo su cabeza.
-¿Por qué lo has traído así?
- Para que si me paraba la pasma, poder decir que es un bocadillo.
- Suena lógico. Todo ha salido respecto a lo planeado.-dijo el que parecía ser el líder, cogiendo en sus brazos al niño- Al fin, en cuanto este pequeño clon de Ramón García crezca, la nochevieja volverá a ser lo que era.
Se echaron a llorar. Habían invertido muchas energías en este proyecto y la suerte parecía estar de su lado.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Elvis nació en Tupelo

Paseaba por el vertedero municipal de mi pueblo cuando de pronto sonaron voces celestiales. Pensé que era una aparición divina, pues de pronto las montañas de deshechos se llenaban de luz. Agarré una piedra y me preparé para el lanzamiento, pues San Gabriel me debe 150 € de una vez que pillamos farlopa juntos. Cual no sería mi sorpresa cuando, de una mesilla de noche rota con la palabra "mozalbete" escrita en tres idiomas por toda su estructura, apareció Elvis Presley, gordo como una foca monje y meneando su ajada cadera.
- Mierda, Elvis- exclamé- Pensé que estabas muerto.
- Yo pensé que tú estabas muerto.- contestó en tono de broma.
- Muchacho, llama a tu madre que estará preocupada- le aconsejé.
- Y tiene razones para ello.- dijo pensativo- Pero el caso es que he venido a decirte algo. Algo trascendente que cambiará el modo de ver mi obra, una revelación póstuma sobre mí.
- Entonces estás muerto...
-¡Que sí, coño!-vociferó. Le pegué una pedrada en la cabeza y calló inconsciente. Revisé su chaqueta, saqué un paquete de tabaco y me encendí uno, mientras esperaba que recobrase la consciencia. Tardó casi veinte minutos.
- ¿Ya estás mejor?- pregunté.
- Si, ha debido darme un bajón de azúcar.- me contestó Elvis.- Bueno, a lo que íbamos. Venía a decirte que nací en tu pelo.
- Eso ya lo sabe todo el mundo- contesté molesto- Tupelo, Mississippi. 
- No, hombre, no, eso era una broma. Nací literalmente en tu pelo. En el tuyo en concreto y en el de todos en general.
- Creo que no te sigo- dije rascándome la huevada y oliéndome los dedos.
- Yo soy un ente nacido en el pelo de la humanidad. En su cuero cabelludo, para dar alegría a sus melenas.
- No me digas.
- Exacto.- contestó orgulloso- He nacido en el pelo de la gente y creo que es el momento de que lo sepan.
- ¿Cómo es eso?
- Mi padre tuvo que mudarse al pelo por motivos de trabajo. En esa época era un mal barrio, pero tuve una infancia feliz entre piojos y grasa capilar.
- Ahora lo entiendo todo- dije sorprendido- Todo cuadra.
- Sabía que lo entenderías, hermano- respondió satisfecho, abrazándome- Ahora debo irme. Extiende el mensaje.
Y desapareció como había venido. La verdad es que no entendí un carajo, pero me gusta hacerme el interesante con la gente muerta. Así que ya lo sabéis. Elvis nació en tu pelo. En el tuyo y en el de todos. Y por eso siempre estará, de alguna forma, con nosotros. Menos con los calvos.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Llega la navidad

Por fin llega la navidad, la época más bonita del año. Los cínicos sacan a la calle su cara de mal humor, musitando nosequépollas de fiesta capitalista. los consumistas sufren una crisis nerviosa ante el bombardeo publicitario. La mayoría pasa las navidades con indiferencia. Sin embargo a mí, las navidades me hacen tremendamente feliz. 
Vuelve la época de las tradiciones propias, de las luces de colores, de los árboles de petróleo y los recuerdos de infancia. La sensación de jolgorio, una especie de borrachera constante en la que permitimos que una inexplicable felicidad nos inunde. Los magníficos paseos invernales por la urbe, mientras nievan suicidas solitarios desde las azoteas.
Puede que sea una fiesta religiosa en principio, pero se ha convertido en un canto al vitalismo. Una fiesta alrededor del nacimiento de no se qué crío, que se ha transformado en una fiesta para dar gracias de haber nacido, una fiesta para disfrutar y descubrirnos a nosotros mismos que la vida puede verse en un tono de felicidad y alegría. Eso es para mí la navidad, unos días de holgura dedicados a ver la belleza que rezuma del mismo hecho de vivir, de vivir año tras año, que nos recuerda que si colmamos nuestro entorno de buenos sentimientos y intenciones agradables, de cosas hermosas, brillantes y felices, la existencia puede ser algo más que un aburrido paseo. Pero claro, a lo mejor solo lo veo yo así y el gilipollas soy yo. Un gilipollas feliz, pero gilipollas al fin y al cabo.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Y nunca más

Mi triste y melancólico corazón me ha llevado esta vez por las vías del recuerdo. Del condicionamiento negativo al más puro estilo Pavloviano. Las experiencias desgarradoras que nos marcan para siempre e impiden que nuestra vida continúe su curso natural. Con todos ustedes, "Y nunca más".

Pulmones sobreexplotados,
la pasión corroerá el alma de otro,
pero no la mía.
La sensación de la mañana fría
de los parches de escarcha nacarados
no me consuelan.
Aparece entre las notas de la fatiga
y tiñe de rojo mi camiseta
un dolor lacerante y desgarrado
que teje amanerados gritos
en la profundidad de mi garganta.
Pezones terriblemente irritados
por la fricción de la ropa helada,
¿Quién me manda correr por las mañanas?
Con el cuerpo destrozado y aterido
muerto en vida, juro 
por la mismísima tumba de Chanquete
que yo no hago deporte más
aunque la obesidad me pese
y de prolongar mi vida,
 sea la última oportunidad.
Unos pezones ultrasensibles
y sangrantes me lo agradecerán.

jueves, 13 de diciembre de 2012

El calcetín sagrado

Era una noche soleada y primorosa, llena de pájaros cantandos y estertores de moribundos. Martin Luther Quince, un niño de seis años con un lustroso bigote, había sido mandado a la cama por sus padres, pero no conseguía conciliar el sueño. Abrazado a su lenguado mascota, Profiláctico, trataba de pensar una historia alegre que le indujese el sueño, pero ninguna le venía a la cabeza.
El porro de buenas noches que su madre le había preparado con cariño no le había hecho demasiado efecto. "Esa perra habrá confundido otra vez la Sativa con la Indica" pensó Martin, sulfurado "Debería partirle los dientes por descerebrada". Por primera vez en su vida, deseó ser un adolescente granudo para descargar sus testículos con una buena paja que le condujese directo al reino de Morfeo. Todos sabemos como le gustan a Morfeo los adolescentes y sus pajas nocturnas.
"Ser niño es una puta mierda" pensaba Martin. "No me han bajado los testículos, hablo con voz de marica, no puedo comprar buen whisky y encima a las niñas de mi clase no le han salido las tetas". Martin hablaba desde el despecho. Ansiaba descubrir el tacto de ese punto erógeno que son las domingas. Imaginaba a las pequeñas muchachas de su clase dotadas de poderosas ubres que se bamboleaban al son de la canción de la comba. Así, poco a poco, Martin se fue durmiendo, pensando en lo maravilloso que sería un mundo de tetas. Sin embargo, Martin descubrirá cuando sea mayor que se equivocaba y que las tetas no son para tanto. Toda persona adulta y sana sabe perfectamente la zona más erótica de la mujer es el juanete. Mientras más duro y abultado, mejor que mejor.

La esgrima hoy día

Por desgracia, los tiempos de Quevedo en los que se pasaba por el acero al cabroncete borracho que te toca el nardo en un bar han quedado atrás. Se ahogaron en el polvo del progreso el dominio de la espada y las habilidades de espadachín como característica indispensable.
Sin embargo, hoy es necesario otro tipo de filo para vivir el día a día. La televisión, los periódicos, la radio, la literatura contemporánea nos bombardean a diarios con opiniones preconcebidas, frases hechas, eufemismos... Una versión invertida de la "neolengua" de G. Orwell en 1984. Aunque el lenguaje y la creatividad del mismo está aumentando a cada segundo que pasa (al contrario que en la novela de Orwell, en la que el lenguaje se reduce y contrae), la intención ulterior es borrar los conceptos negativos de la mente. El día a día es una batalla constante por la libertad para aquel individuo que pretenda ver las cosas tal y como son, y de ese modo expresarlas.
Así, el citado individuo debe mantener constantemente activas sus dotes retóricas y desarrollar el conocimiento del lenguaje lo más posible. Debe mantener los conceptos constantemente frescos y destripar los eufemismos que se nos ofrecen en su lugar. Su lenguaje afilado y su percepción óptima, para cazar y desenmascarar la semántica real de las palabras. Y así, el intelectual, de alta o baja estofa, se ve convertido en un espadachín retórico que se defiende como un gato panza arriba de la lluvia dialéctica por la que se ve acosado. Solo el más ducho espadachín será capaz de afrontar nuestra realidad actual sin verse afectado por ilusiones ni trampas. Esto ya lo hacía Quevedo, pero además te metía un navajazo entre las costillas. Era la sangre mediterranea, que le vuelve a uno visceral.

Quememos a las brujas

Las turbas furiosas han vuelto a ponerse de moda. Hoy en día no eres nadie si no llevas una dilatación en algún colgajo de piel de tu cuerpo o si no perteneces a una turba. Alegremente salimos a la calle a jalear, cabreados como micos, activos todos como el bífidus. A veces la turba se descompensa y se rompe algo, pero coño, somos una turba. La Plaza del Sol se inunda día sí, día también de gente turbada en una turba que odia la turbación del momento entre otras cosas. 
Y no es para menos. Desde luego, la cosa está para quejarse, nos han puesto al límite. El problema es que yo nunca he sido mucho de modas y, aun conociendo los numerosos estudios que aseguran que vocear descontroladamente por la calle aumenta el tamaño del pene y/o clítoris, no soy demasiado partidario de descargar mi ira acerca de cosas que de verdad la merecen. Creo que esa ira es productiva, y debería tener una salida productiva. Quejarse no sirve de nada cuando uno se da cuenta de que no le hacen ni puto caso. Mi recomendación para el susodicho crecimiento de pene/clítoris al vocear por la calle es ponerse un gorro extraño, salir a la calle y gritar incongruencias. Lo hago mucho. La palabra lunático nunca tuvo connotaciones negativas para mí.
Pero si os empeñáis en seguir con la modita de la turba, decisión completamente respetable, más os valdría compraros gorros de colonos y antorchas. Empezad a quemar a vuestras brujas de una puta vez, porque las turbas están empezando a cansar y se van a pasar de moda pronto. Y entonces, las nuevas turbas os harán objeto de su furia a vosotros. Y os arrancarán los pezones a pellizcos de monja. De eso me encargaré yo personalmente.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Recomendación: Porno Gafapasta

Una vez más de vuelta. Se que todo internet lo estaba esperando, mientras yo estaba ocupado enseñando a una morsa a cantar como un Mariachi. Una vez más traigo buenísima mierda para satisfacer vuestra acuciante coprofilia. Hoy os traigo Porno Gafapasta.
Porno Gafapasta es un interesante blog en el que podreís nadar entre las últimas noticias del porno. Para los pervertidos clasicones a los que les guste los matojos floridos y frondosos, también tiene la página secciones pornográficas de los 60, 70, 80 y 90. Yo mismo, que englobo en mi persona todas las condiciones del "Maestro Zen de las Manolas", me arrodillo ante los increíbles conocimientos del escritor de este blog, un faro del conocimiento pornográfico en esta sociedad absurda, oscura y plagada de tabús.
Encontrareis que su retórica no es excesivamente fluida y que probablemente no coincidáis con algunas de sus opiniones. Pero ¡cuidado, intrépido lector!, no oses cuestionar a este lividinoso sabio del siglo XXI, pues las incontables horas que ha pasado meditando ante bamboleantes pechos digitales y monstruosas pollas pixeladas le autorizan para decir lo que él crea conveniente.
¡Salve, Porno Gafapasta!¡Los impuros usuarios estandar del porno te alaban, los maestros pajilleros claman tu nombre!