Tras dormitar el día entero, el insomnio me atacó inexplicablemente esta noche. Cualquier hombre moderno y sofisticado que se precie aprovechará esas nocturnas horas para buscar a las musas por esa intrincada red de humanidad a la que llamamos "Internet". Las musas son realmente sencillas de encontrar en este mundo virtual, por lo que no tomará mucho tiempo al internauta medio darle un frote a la sardinilla con alguna maravilla de porno variado. Una vez logrado nuestro onanístico objetivo, la odisea por Internet se complica, pues solo un viajero observador reconocerá las inmensas oportunidades que la red nos brinda, esperando a que demos un enorme trago como si de un vaso de sudor de Kofi Annan se tratara.

Ya pensaba en reflejar mis descubrimientos en este blog de mis amores cuando de pronto ¡oh destino caprichoso, que no había acabado de sorprenderme todavía! Me encontré un vídeo en el que le hacen una tortilla de semen a una señorita y se la merienda. De puta madre, proteínas para el cuerpo. Porque la operación bikini está lleganto y todos queremos lucir lorzas con textura esperma.
Así terminó mi larga noche de descubrimientos por Internet, está amaneciendo y sé que mañana no tendré necesidad de salir a la calle a buscar mi felicidad, pues ya me ha sido concedida. Nadie se come una tortilla de semen por la calle, pero ¿en internet? En Internet por supuesto, es un lugar mágico donde los sueños más sórdidos se hacen realidad.
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