lunes, 5 de marzo de 2012

Chamizo sexy

Un ciego y una silueta de Leticia Sabater en cartón piedra se encontraron una tarde bajo un membrillo. La silueta, según vio al ciego, lo detuvo y le recitó:
-Alma de perro empanado
no sabes ni que meneas
el gorro de un legionario
que está cantando saetas.
Sobrecogido, el ciego intentó palpar la cara del artista que le mostraba tal revelación, con tan mala suerte de que introdujo su dedo en el ojo de cartón de la silueta de Leticia Sabater. Esta respondió con una amorosa patada en los testículos. Sonó un "chof" de huevos que fueron y nunca volverán a ser. El ciego, asustado, echó a volar hasta que salió del alcance de su agresor. Cuando ya alcanzaba los 20 metros de altura, comenzó a caer en picado contra el suelo, cosa lógica porque los ciegos no vuelan.
Así es como Sandocán Ramirez, ciego de nacimiento, murió. Como había donado su cuerpo a la ciencia, su cadaver acabó en manos de un estudiante de medicina que decidió trepanar la piel de su escroto para hacerse un gorro de ducha. Y aquel feliz estudiante de medicina nunca más tuvo que preocuparse de que se le mojase involuntariamente el pelo.

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