martes, 28 de febrero de 2012

Las maldiciones del humanista I

Una cosa que siempre me ha gustado imaginarme al estudiar historia es imaginar a sus protagonistas rascándose el culo y oliéndose los dedos, saboreando su cosecha anal como si fuere eau de roses pasada de fecha. Imáginemos a un maltrecho Aristóteles que, tras una "animada charla" con su maestro Platón, tiene una "espontanea" irritación en las paredes del recto. Entonces Aristóteles se rasca el bullater mientras una cara de placer cómplice y concentración al mismo tiempo se dibuja en su rostro. Es la cara de placer amigo y cotidiano que todo el mundo conoce, el alivio del picor anal. Esa amistosa comunión entre las uñas sucias y las arrugas del ojete.

Y así es como lo hago con todos los grandes de la historia. Si me aburro con la repetición de esta anécdota, busco otra de carácter similar. Véase a Albert Einstein oliendose la palma de la mano tras tocarse el escroto sudoroso, dándole a su característico bigote un suave aroma a almizcle. Tampoco me privo de divertidas escenas como Marco Antonio diciendole a Cleopatra que es la primera vez que le pasa, mientras ella se limpia el semen de su nariz egipcia o el patético culeo al que Góngora llama "fornicar" que realiza patéticamente con alguna meretriz gorda como una morsa.

De estos momentos tan íntimos y divertidos se colman mis tardes de estudio historio-gráfico. Y luego cuando cierro esos libros cargados con la biografía de la humanidad entera, me despido de estos personajes con un jovial "¿qué tal se ve eso desde el infierno?" mientras río alegremente y danzo alrededor de una pila de muñecos de bebes de plástico descuartizados. Porque cada uno tiene sus métodos para estudiar.

3 comentarios:

  1. sencillamente sublime, mi queridisima bestia, la imagen de Aristóteles rascándose la carbonera disimuladamente, protegido tan solo por su blanca toga me ha alegrado el día... por no decir de la escena del pringao de Góngora culeando como un pez que se le ha roto la pecera... genial tronco!!

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  2. Hola, ¿es aqui para reirse de los prejuicios?
    Me lo tomare como un si, gracias.

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  3. No te pases con las meretrices obesas artista, ambos sabemos que en peores plazas hemos toreao.

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